Dios es amor
Sin ánimo de buscar controversia quisiera compartir una reflexión, ¿y si nunca hubiese existido el concepto de Dios, ningún Dios, cuántas vidas se hubiesen salvado?
Sin ánimo de buscar controversia quisiera compartir una reflexión, ¿y si nunca hubiese existido el concepto de Dios, ningún Dios, cuántas vidas se hubiesen salvado?
El grupo terrorista ISIS ha dado orden a todos sus miembros de “destruir todas las iglesias de Mosul”, según el digital IraqiNews, noticia que ha sido confirmada por la delegación de la Unión Europea en Iraq. Dicha fuente informa de que los miembros del ISIS habrían incendiado y destruido varios edificios e iglesias, asesinado, violado y secuestrado a cientos de civiles y desplazado a casi medio millón de personas de sus casas, cristianos y musulmanes, a causa de los bombardeos. El obispo auxiliar de Bagdad, Saad Sirop Hanna, ha calificado de «crisis humanitaria crítica y preocupante» la situación, a la que el presidente de EE.UU, Barack Obama, se ha referido afirmando que «no se excluye ninguna opción», refiriéndose de forma implícita a la posibilidad de una nueva operación militar en el país para detener el avance de los yihadistas, ya que se teme que Iraq pueda caer en manos de fanáticos.
En un escenario de violencia dramática, observamos cómo tras las milicias islamistas se esconden «proyectos políticos y motivaciones de naturaleza religiosa y personal» y cómo de nuevo vuelven a ocurrir masacres infligidas por el hombre en nombre de Dios. Rezamos entonces a Dios para que cesen estos crímenes pero precisamente es también en nombre de Dios en el que estos fundamentalistas religiosos cometen sus barbaries. Y sin ánimo de buscar controversia quisiera compartir una reflexión, ¿y si nunca hubiese existido el concepto de Dios, ningún Dios, cuántas vidas se hubiesen salvado?
Es un sinsentido que las personas que han sido asesinadas por actividades religiosas en el mundo superen a la suma de guerras civiles y epidemias a lo largo de la historia. Los integristas musulmanes de Sudán llevan casi veinte años en guerra con los cristianos, así como las facciones chiítas y sunitas en Irán e Irak, y hay que recordar a los cruzados en la Edad Media, el genocidio de la Iglesia Católica en el siglo XV con el inicio de la Santa Inquisición, la conquista del Nuevo Mundo, las guerras de barrido étnico religioso en Bosnia, Croacia, Eslovenia, Serbia, Afganistán, etc. Dios es amor, nos aseguran, pero yo digo que, al menos, Dios debería ser cordura.
Respeto sinceramente las creencias de cada ser humano pero quisiera romper una lanza, o todas las que se esgrimen en nombre de Dios, a favor de una postura coherente para evitar el absurdo exterminio que se produce ahora mismo en todo el planeta en nombre de Dios. Y llego a la conclusión de que la mejor forma de hablar de Dios debe ser, probablemente, la de guardar silencio.