Lo más bello y lo más temido

Colgada de un árbol aún vestía sus ropas de colores, típicas de un país en el que las mujeres carecen de los derechos básicos para muchos de sus conciudadanos e incluso, en algunos casos, para sus propias familias.

Tres jóvenes indias protagonizaban una de las fotos más bonitas de la edición de ayer de este fotoperiódico. Una pakistaní de 20 años la más terrible. Colgada de un árbol aún vestía sus ropas de colores, típicas de un país en el que las mujeres carecen de los derechos básicos para muchos de sus conciudadanos e incluso, en algunos casos, para sus propias familias. Muzammil Bibi fue violada y asesinada por su novio por negarse a tener relaciones con dos amigos de éste. Y no hace mucho conocimos el final de Farzana Iqbal, embarazada y linchada por una veintena de parientes por casarse con el hombre al que amaba. Sólo dos casos de un interminable y oscuro etcétera.

Se nos está quedando el mundo lleno de asesinos.

Estos comportamientos atroces, impropios de cualquier especie animal excepto la nuestra, ¿Se han vuelto muy comunes últimamente o siempre lo han sido y ahora se les da voz? Da bastante miedo. Me refiero a la crueldad, al enseñamiento, al castigo público, a la humillación, al uso de una violencia extrema contra las mujeres que se niegan a someterse o que simplemente quieren ejercer su propia libertad. La suya, que no es de nadie más que de ellas. Igual que sus cuerpos.

Es que no vamos a caber entre tanta maldad.

La foto de Muzammil, ayer en portada, hirió mi sensibilidad y la de prácticamente todos los que la vieron creo. Es difícil no sentirse golpeado por algo así. Pero no he querido que esa imagen acompañe este texto. Consciente de que todos los opuestos forman parte de la vida, he preferido recordar a esta chica como lo que seguramente fue antes de que un monstruo se cruzara con ella: con la viva imagen de la belleza, la feminidad y la felicidad que aún sí pueden mostrar las tres jóvenes de la foto.