Naranjas de la China
La cosa de la dignidad es algo que en la cabeza de los estratosféricos millonarios del mundo es un concepto desconocido, aunque sea en realidad del tamaño de un planeta. Para ellos, eso sí, siempre será un planeta desconocido.
La cosa de la dignidad es algo que en la cabeza de los estratosféricos millonarios del mundo es un concepto desconocido, aunque sea en realidad del tamaño de un planeta. Para ellos, eso sí, siempre será un planeta desconocido.
La cosa de la dignidad es algo que en la cabeza de los estratosféricos millonarios del mundo es un concepto desconocido, aunque sea en realidad del tamaño de un planeta. Para ellos, eso sí, siempre será un planeta desconocido.
Y digo esto por la extravagancia del millonario Chen Guangbiao, que ha invitado a 250 indigentes en el restaurante Loeb Boathouse de Central Park de Nueva York a un almuerzo que Chen amenizará (y probablemente amenazará) con su versión de la canción We Are The World, de Michael Jackson.
¿Cual es el pensamiento que se les puede pasar por la cabeza a los 250 indigentes mientras oyen a ese payaso forrado cantar “Somos el mundo”? ¿Qué coño de mundo? ¿El de mierda que a diario nos deja fuera del propio mundo?
Mientras tanto, mientras canta, probablemente Chen Guangbiao no deje de engrosar su cuenta corriente ni un solo segundo por las acciones que sus empresas cotizan en bolsa, o por las que haya comprado en las empresas del mundo mundial. El planeta es divertido y sonriente, y hoy me apetece comprar un rato 250 pobres. Mañana quizá contrate a 250 enanos deformes y los case con 250 modelos a cambio de un sueldo de por vida, y yo seré el padrino de sus bodas y de sus hijos. Quizá pasado nombre a un sapo Rey de copas y le compre una mansión, y al siguiente, a la primera persona que me salude le regalo un yate interplanetario con el que debe dar la vuelta al mundo y luego suicidarse.
Como decía, la cosa de la dignidad para esta peña es un concepto desconocido. Un concepto que nunca existió porque sobre todo, piensan, no podrá existir. Las auténticas naranjas de la China.