No hay libertad para una cristiana

En las ideologías que siempre inventa el totalitarismo para imponer sus odios, los derechos más sagrados de las personas, la vida y luego la libertad, son sólo una excusa para lograr el poder. Por eso no interesa la libertad de algunos.

La  sudanesa condenada a la horca por casarse con un cristiano ha sido liberada. Qué callados han estado con este caso quienes tanto ruido hacen diciendo que son los defensores de las mujeres. En las ideologías que siempre inventa el totalitarismo para imponer sus odios, los derechos más sagrados de las personas, la vida y luego la libertad, son sólo una excusa para lograr el poder. Por eso no interesa la libertad de algunos.

He seguido este caso a través de medios y organizaciones independientes. Ninguna de esas que se parece a la niña del Exorcista ha enseñado un pezón para protestar por las lapidaciones de mujeres o, en este caso, para evitar la condena a muerte de la atrevida que quiso casarse con un cristiano. Y ahora se va a refugiar en Estados Unidos cuando tiene Venezuela para disfrutar del progreso, pensarán irritadas.

Ya dijimos aquí que hay un feminismo que desprecia a las mujeres cuando éstas eligen ser madres. Parece que es peor querer ser cristiana. “Mis planes para el futuro se los dejo a Dios”, ha declarado la sudanesa. Y eso, para los empeñados en borrar el cristianismo del mapa merece otra condena. Quienes no aceptamos las imposiciones de la ideología de género no tenemos derecho a la democracia de la misma manera que quienes nos atrevemos a profesar la fe en Cristo no tenemos derecho a la libertad religiosa.

Lo bueno que hay en el mundo, que no es poco, brilla silenciosamente como el agua en un amanecer del  mediterráneo, y esa luz es la que ha iluminado durante siglos las ansias de vida y libertad para todos. Cuando se resquebrajan los cimientos de lo esencial nada bueno es posible y el ser humano camina desnortado. Por eso es más importante que nunca resaltar la buena noticia de la liberación de una sudanesa que quiso ser libre. El progresismo no hablará de ella porque su brillante luz hace más profunda la oscuridad de sus propuestas.