"Podemos" al poder

Sí, que gane «Podemos», que se independice Cataluña y que se proscriba el Cristianismo. Empiezo a pensar que es la única forma de que España despierte de una pesadilla que empezó en 1898.

Reconozco que uno se deja vencer por la estética. El dictador comunista coreano, rodeado de sus generales, en una sala de estilo vagamente neoclásico, tiene su aquel. Como los uniformes de los nazis, diseñados por Hugo Boss. Y aquellas fotos de Leni Riefenstahl. Y las concentraciones fascistas aclamando a un Duce cesáreo, estandartes al viento: «tutti siamo fascisti», decían. O los desfiles en la Plaza Roja al paso alegre de la guerra fría. Me gusta todo eso, qué quieren que les diga. Y ahora me gustaría que los chicos de «Podemos» llegasen al poder. Comprendo que la estética es otra, no merece siquiera llamarse «estética». Pero la sustituyen por una ética, inspirada, mal que les pese, en el Cristianismo.

No, no me he convertido al comunismo, esa otra fe. Lo que sucede es que si «Podemos» llega el poder, tal vez a los bancos les entre algo parecido al miedo y hagan algún esfuerzo por humanizarse un poco -el dinero es cobarde-, y dejen de fastidiar al personal y a las pequeñas empresas. Tal vez los medios de comunicación, todos ellos más o menos vendidos, sepan lo que es estar, de verdad, sometidos a un poder implacable. Tal vez los padres reaccionen cuando vean que el adoctrinamiento no tiene límite conocido. Tal vez los católicos alcen la voz cuando se vean -otra vez, nada nuevo- perseguidos con saña y con todas las de la ley. Tal vez los servidores de esa ley se subleven al verla violada, fría y metódicamente, por un poder ejecutivo insaciable. Tal vez todos necesitamos que se nos vaya al carajo la libertad para empezar a pelear por ella.

Sí, que gane «Podemos», que se independice Cataluña y que se proscriba el Cristianismo. Empiezo a pensar que es la única forma de que España despierte de una pesadilla que empezó en 1898.