One way ticket to The Moon

Somos una especie tan estúpida que preferimos colonizar el espacio exterior antes que ver como dejan de morirse de hambre o de miedo nuestros congéneres. Por increíble que parezca. Eso también nos lo tenemos que creer.

En EEUU alguien ha propuesto declarar partes de la Luna como parques nacionales, porque como uno de los suyos la pisó el primero y dejó allí unas plaquitas, un disco con mensajes y una bandera de su país, se la quieren adjudicar. Dicen querer “proteger el patrimonio lunar de esa nación”. Sin embargo yo les pondría una multa por ensuciar nuestra Luna, la de todos, y dejarla llena de trastos.

Mi padre dice que cuando el hombre saltó a la Luna por primera vez debía haber ya un cagarro de alguien y seguro que Armstrong lo pisó. Yo no sé si creerle pero puestos a buscar propietarios para la Luna, se la adjudicaría al primero que la vio, sea animal o humano, y no vale enfadarse. O a Galileo, que para eso la estuvo observando a conciencia primero. Es la ley del patio de colegio pero a gran escala, que es la que usa nuestra especie para apropiarse de las cosas. Qué manía con la propiedad. Qué costumbre de llamarle a todo “patrimonio”. Qué pesadez. Qué vicio. ¿Y si viene un marciano y se lleva vuestras placas y se limpia los mocos con vuestra bandera?

Últimamente cuesta mucho diferenciar las noticias de verdad de las satíricas. Me pasa a menudo. Si después de esto me dicen que EEUU cobrará una tasa por cada eclipse o un impuesto por las noches de luna llena, a lo mejor también me lo tendré que creer. Porque somos una especie tan estúpida que preferimos colonizar el espacio exterior antes que ver como dejan de morirse de hambre o de miedo nuestros congéneres. Por increíble que parezca. Eso también nos lo tenemos que creer.