El cielo está en Iowa
Lo que puede extrañar es ver al pobre Kevin Costner convertido en una pringosa figura de mantequilla. Pero conviene saber que el actor es idolatrado en Iowa por haberlo puesto en el mapa con su película Campo de sueños.
Lo que puede extrañar es ver al pobre Kevin Costner convertido en una pringosa figura de mantequilla. Pero conviene saber que el actor es idolatrado en Iowa por haberlo puesto en el mapa con su película Campo de sueños.
Sarah Pratt es, desde 2006, la orgullosa escultora de la vaca de mantequilla de la Feria Estatal de Iowa. La primera vaca la esculpió J. K. Daniels en 1911 y, desde entonces, ha venido realizándose cada año. El acudir anualmente a visitar la vaca es ya toda una tradición en el estado, como ir a ver los belenes de la Plaza Mayor en Madrid, e imagino que muchos habitantes de Iowa recuerdan con cariño aquella tarde remota en que su padre les llevo a conocer el hielo (es decir, la vaca).
Explicado esto, lo que puede extrañar es ver al pobre Kevin Costner convertido en una pringosa figura de mantequilla. Pero conviene saber que el actor es idolatrado en Iowa por haberlo puesto en el mapa con su película “Campo de sueños”. Como se cumplen 25 años del estreno de la película, Sarah Pratt ha decidido hacerle un merecido homenaje este año.
Los estadounidenses aman el béisbol y una de las películas que está en su imaginario colectivo es esta en la que Costner escucha una voz que le pide que construya un campo de béisbol en los maizales de su granja. “Si lo construyes, él vendrá”, susurra la voz entre las mazorcas. El campo se construyó realmente en el pequeño pueblo de Dyersville para rodar la película y allí se quedó. Ha sido durante 25 años una atracción constante para miles y miles de peregrinos, mitómanos deportivos que quieren batear unas bolas en el campo y pagan buenos dólares por ello.
El hecho es que la película de Costner logró colocar a Iowa en el lugar más potente en el que puede situarse una marca o un destino turístico: la fantasía del receptor del mensaje, su ilusión, asociarse a su idea más íntima de felicidad.
Ray Liotta, que interpreta a uno de los fantasmas bienhumorados que acuden a jugar al campo, al finalizar un partido se queda mirando a su alrededor, siente la serenidad del atardecer de verano, el verde frescor del maíz, el blanco níveo de las líneas del campo, la brisa moviendo las mazorcas, mira la granja de madera blanca donde ya se percibe alguna lámpara de luz cálida en el salón, escucha los grillos iniciar su serenata…
-“¿Es esto el cielo?”- le pregunta a Costner.
-“No… Es Iowa”. – Contesta con sencillez el granjero.
Esta frase se adueñó de toda la película y hoy en día a lo largo y ancho de Iowa hay floristerías Heaven, palomitas de maíz Heaven, inmobiliarias Heaven y todo-lo-que-se-te-ocurra Heaven.
Desde que vi la película me he afanado en construir mi pequeño trozo de Iowa allá donde voy. No tengo todavía una granja de madera blanca rodeada por preciosos campos de maíz, pero sí una planta de maíz en una coqueta maceta. Por algo hay que empezar.
Y ya saben, si quieren visitar el cielo verdadero, el auténtico, está en Dyersville, Iowa.