La Larga Marcha
La han llamado Princesa. Nadie se explica como ha sobrevivido. Yo os lo diré. Cruzó cada minuto de aquellos insalvables 14 km sostenida en brazos de La Muerte.
La han llamado Princesa. Nadie se explica como ha sobrevivido. Yo os lo diré. Cruzó cada minuto de aquellos insalvables 14 km sostenida en brazos de La Muerte.
El viento de poniente enardece la vela de kite surf que rompe las crestas de las olas. La mar está revuelta hoy en Tarifa El surfista cae al agua entre risas. A su lado una balsa de plástico rompe las crestas de las olas. La mar está revuelta.Un camerunés cae al agua entre gritos. Nunca antes había pasado esto. Esos terribles 14 km que separan la muerte en el continente negro de la vida en el continente blanco. Un futuro inexistente empuja a estos jóvenes que recorren durante años el continente a pie, algunos caen ahí, otros asfixiados escondidos entre las ruedas de camiones,enfermos en las selvas, entre disparos de guerrillas, de sed en el Gran Desierto.
Pasando del terror al hambre, pasando de bragueta en bragueta, pasando de un futuro inexistente a un presente condicional, y queda esa última frontera para llegar a un país que los espera con hostilidad y desprecio, esos 14 km de mar que separan la desnutrida África de la obesa Europa.
Esos 14 km de Estigia plagado de cadáveres de aquellos que intentaron cruzar tras una Larga Marcha tan atroz que ni el propio Stephen King podría haberla plasmado en sus mas terribles pesadillas. Que ironía morir ahogado a escasos metros de la tabla de kite surf de un joven que no sabe lo afortunado de nacer a este lado de esos 14 km. Nunca antes había pasado, una bebé de meses, sin nombre, sin padres que llega sola en esa balsa de plástico. La han llamado Princesa.
Quienes han viajado con ella explican que sus padres no pudieron subir a la patera tras un forcejeo con la policía y que entre gritos desesperados extendieron los brazos con la bebé hacia los que ya se alejaban en la balsa, alguien la cogió. Nadie se explica como ha sobrevivido esos 14 km sola, en el suelo de la patera, entre pisadas, gritos, olas, frío, miedo, pero es fácil, yo os lo diré, cruzó durante cada minuto de aquellos insalvables 14 km sostenida en brazos de La Muerte.