¿Nos estamos volviendo locos?
El debate vuelve a abrirse, aunque auguro que al tratarse de un suceso en la liga africana no tendrá la misma resonancia que si hubiese ocurrido en Europa. Que un jugador de fútbol muera a causa de recibir un impacto de piedra en la cabeza es demencial.
El debate vuelve a abrirse, aunque auguro que al tratarse de un suceso en la liga africana no tendrá la misma resonancia que si hubiese ocurrido en Europa. Que un jugador de fútbol muera a causa de recibir un impacto de piedra en la cabeza es demencial.
El debate vuelve a abrirse, aunque auguro que al tratarse de un suceso en la liga africana no tendrá la misma resonancia que si hubiese ocurrido en Europa. Que un jugador de fútbol muera a causa de recibir un impacto de piedra en la cabeza es demencial. Da igual si lo lanza alguien de su afición o del equipo contrario, o si se trata de un acto racista. Menos importa aún la “sanción ejemplar” que piden para el autor del asesinato. Albert Ebossé ha muerto de forma gratuita, eso es lo que importa.
Cuando digo que hay fanatismos que son un peligro, me refiero a este tipo de afición y aficionados. Y extiendo la reflexión a cualquier ámbito, no solo al futbolístico. Vayamos al quid de la cuestión, a lo que a mí me ha venido a la cabeza al saber de los hechos. ¿Qué le pasa a la gente? ¿Nos estamos volviendo locos? ¿O es que, en el fondo, cuando nos exaltamos en lo más profundo de nuestro ser dejamos aflorar lo que en realidad somos, unos animales?
Se supone que vas al futbol a disfrutar. A pasarlo bien, a entretenerte con tu familia y amigos.
¿Qué nos está pasando? Me echo las manos a la cabeza cada vez que voy a un concierto y me revisan el bolso en busca de objetos punzantes. Ni botellas de plástico se pueden entrar ya en los recintos, no sea que se las lances al cantante y le hagas daño. ¿En serio alguien tiene intención de agredir a Bruce Springsteen con un envase de Fanta Naranja? Tenemos un problema si la respuesta a esto es un sí, y según evidencian las medidas de seguridad que se toman, lo es. Estamos tan desquiciados que no sabemos ni pasarlo bien… ¿Tenemos solución?