Love Is In the Air
Érase una vez una princesa y un príncipe que caminaron juntos…y así empieza esta historia de amor. «Hemos conectado al 100%», se despedía Merkel en su visita a Santiago, tras haber acordado con Rajoy mantener en España la austeridad.
Érase una vez una princesa y un príncipe que caminaron juntos…y así empieza esta historia de amor. «Hemos conectado al 100%», se despedía Merkel en su visita a Santiago, tras haber acordado con Rajoy mantener en España la austeridad.
Érase una vez una princesa y un príncipe que caminaron juntos…y así empieza esta historia de amor. «Hemos conectado al 100%», se despedía Merkel en su visita a Santiago, tras haber acordado con Rajoy mantener en España la austeridad, frente a las demandas francesas e italianas de gastar más para impulsar el crecimiento económico. Seis kilómetros de camino de Santiago y una larga cena conformaron el escenario donde Merkel y Rajoy habían compartido afinidades ideológicas y se habían hecho carantoñas de complicidad. Rajoy terminó calificando a Merkel de «buena amiga» y, al suscribir su política económica como ya hiciera España en la segunda Guerra Mundial, posicionó a España como firme aliada de Alemania que, como es sabido, es la que manda en Bruselas hoy por hoy. España siempre del lado de Alemania.
Rajoy tiene a Merkel encandilada, ha hecho todo lo que ella le pedía que, básicamente, se resume en recortes, recortes y más recortes.
Y todo sería idílico y colorín colorado este cuento se habría acabado, si no fuese porque las políticas de austeridad no han conseguido sacar de la crisis a Europa, sino más bien al contrario. La realidad de España es la de un empobrecimiento y un paro nunca antes conocido desde la postguerra y una educación y sanidad que literalmente se caen a pedazos. Y esto viene desde el 6 de septiembre de 2012, en que ambos posaban sonrientes ante las cámaras, habiendo acordado el rescate bancario de 100.000 millones de euros, que rescataría indirectamente a las entidades financieras alemanas, ya que ningún otro país dependía más del sector financiero español que el germano. Rescate fue el principio del gigantismo de la deuda pública total, que al día de hoy alcanza la cifra de 1,43 billones de euros, algo imposible de devolver. Y todo para que el príncipe tenga contenta a su princesa (y que su princesa le pague su fidelidad con dos sillones en Bruselas para Luis de Guindos y Miguel Arias Cañete).
¿Era la única solución?. No, no lo era, en cualquier otro país los bancos alemanes lo habrían perdido todo. Los islandeses no devolvieron un euro a los bancos ingleses en la misma situación que nosotros con Alemania y no sólo no devolvieron un euro sino que los culpables están en la cárcel. Hoy día Islandia es un modelo económico. Aquí no solo no se les juzgó, sino que además se les pagó indemnizaciones millonarias por despedirlos.
Hoy día apenas se mantiene un Estado incapaz y corrupto, donde casi dos millones de enchufados cobran sueldos que sextiplican a los de cualquier mileurista y en el que, por citar los escándalos de esta semana pasada, mientras que Ana Botella le sube el sueldo a sus 162 asesores municipales elegidos a dedos (una hermana de Esperanza Aguirre, hijos de diputados o esposas y nueras de cargos del PP…etc.) se le concede a un niño gran dependiente la cifra de «cero euros» en ayudas.
Qué fácil es hablar de recortes así, paseando por el camino de Santiago. Pero desde el hambre, el paro o la dependencia es casi imposible recorrer esos seis kilómetros de ajustes.
Y de esta manera, el príncipe y la princesa fueron felices en este Reino y comieron perdices… hasta dentro de 9 meses que quedan para las elecciones municipales.