La miss destronada

Le han quitado el título de Miss y se ha fugado con la corona. Además de la tiara, valorada en 100.000 dólares, también la premiaron con un par de tetas nuevas que costaron 10.000 dólares.

Le han quitado el título de Miss y se ha fugado con la corona. Además de la tiara, valorada en 100.000 dólares, también la premiaron con un par de tetas nuevas que costaron 10.000 dólares. También se ha fugado con ellas. Acusada de ser irrespetuosa y deshonesta, los ejemplares organizadores del evento han puesto el sello de “Descalificada” sobre su nombre en la web del certamen pero no han explicado por qué.  Hace bastante gracia todo.

May Myat Noe tiene 18 años y es la primera birmana que se convierte en Miss Asia Pacific World, pero el título le ha durado muy poco. Me pregunto qué habrá hecho o qué habrá dejado de hacer. Las tetas ya se las puso, también las pestañas de mentira, y además tiene toda la pinta de muñeca de porcelana a punto de romperse que tanto gusta en los certámenes de esta calaña. Es decir,  ya es la barbie infantil y prefabricada a la que nos tenemos que parecer todas -en este caso morena, hay varios modelos-. ¿Qué más tiene que hacer para ser la más hermosa del reino? Quizás se le haya olvidado ser discreta, o sumisa, o frágil. O estarse callada y tragar con todo. Quizás tenga la lengua muy suelta, o la falda muy larga. O quizás lo único que quería era su corona y una vez conseguida ha salido la Myat Noe verdadera, la que hay dentro del envase que premian los premiadores de envases. 

Deslumbrados -parcialmente- por su belleza, le dieron la corona y la mandaron a quirófano con 18 años: “Pensamos que debía ser más hermosa, así que la mandamos a que se operara los senos”. Qué majos oye. Ahora se arrepienten y solo ellos saben por qué. En cualquier caso, yo tengo muy claro lo que haría con esa corona y con todos los kilos de silicona de todos los certámenes de este planeta relleno de bótox.