El terrorista se cansa
Hay gente pa tó. Para hacerse terroristas, siendo alemanes, apuntarse a un ejército islamista e irse a Somalia a trabajar. En un trabajo que no es lo que nosotros consideramos trabajo normal, pero que hace que vuelvan a casa cansados.
Hay gente pa tó. Para hacerse terroristas, siendo alemanes, apuntarse a un ejército islamista e irse a Somalia a trabajar. En un trabajo que no es lo que nosotros consideramos trabajo normal, pero que hace que vuelvan a casa cansados.
Hace años, en el viaje de novios, mi mujer y yo nos encontramos a Rafael “el Gallo” en el ascensor del hotel. Le dije: “hola, maestro”. Sonrió, y ahí se acabó nuestra conversación.
Cuando leo la noticia de que han detenido a tres terroristas alemanes, me acuerdo de este señor porque cuentan que alguien le presentó a Ortega y Gasset. Le dijeron que era filósofo. El“maestro” preguntó: “y eso, ¿qué es?” Cuando se lo explicaron, puso cara de sorpresa y dijo:“hay gente pa tó”.
(Otros atribuyen esta frase a Rafael Guerra, pero me quedo con el Gallo, porque fue al que me encontré en el ascensor, y da lo mismo).
Hay gente pa tó. Para hacerse terroristas, siendo alemanes, apuntarse a un ejército islamista e irse a Somalia a trabajar. En un trabajo que no es lo que nosotros consideramos trabajo normal, pero que hace que vuelvan a casa cansados, como cualquier estudiante de segundo curso de carrera. Vuelven con deberes, y para no hacer como mis nietos, que los dejan para el final, en el vuelo a Frankfurt ya han empezado a preparar un “acto grave de violencia”.
Me pregunto qué pasa dentro de la cabeza de una persona que vive en una sociedad avanzada, en teoría, para hacer una cosa como esta.
Siempre he sostenido que cada uno de nosotros es responsable de sus actos. O sea, que cada uno de estos tres señores es responsable de lo que hace. Supongo que les juzgarán y que se pasarán una temporada larga en la cárcel.
Pero cuando veo estas cosas, y veo a dos periodistas decapitados por un inglés, me sigo preguntando qué pasa por esas cabezas y también qué han visto en nuestro sociedad, o sea, en nuestro comportamiento, o sea, en el comportamiento individual de muchos, incluido yo, que les ha ayudado a tomar esa decisión, bajo su responsabilidad, repito.
Algo estamos haciendo mal. Algo que hace que haya gente que, a tiros o a bombas o a cuchillo, quiera cargarse nuestra sociedad.
Leo en algún sitio que ya estamos en la III Guerra Mundial, que es distinta de las dos anteriores. Unos atentan en sus propios países. Otros, desde su oficina, les mandan drones. Mientras no atenten contra ti o no te caiga un misil enviado por un drone, esta guerra es más cómoda. Pero tan mala, tan horrorosa como las dos anteriores.
Hay que pensar qué hacemos mal. Hay que pensar si la injusticia en la que vivimos es lo normal o no. Porque algunos, muy bestias, ya lo sé, piensan que es una canallada.
Y actúan en consecuencia.