El ocaso de Artur

Lo de morir matando es algo que Artur Mas ha interiorizado como nadie. Anoche hizo gala de ello en una entrevista televisiva en la que la periodista apenas podía meter baza.

Lo de morir matando es algo que Artur Mas ha interiorizado como nadie. Anoche hizo gala de ello en una entrevista televisiva en la que la periodista apenas podía meter baza. El President se había propuesto lanzar su mensaje, aunque no tengo claro si hablaba para Rajoy, para los ciudadanos españoles o para sus votantes.

Lo único que me ha quedado claro es que de momento Mas no se baja de la burra. No hay plan B, y de haberlo, no ha querido adelantar ningún detalle porque su único horizonte, al menos de cara a la galería, es celebrar la consulta.

En realidad no tiene más remedio que seguir con la matraca porque,hoy por hoy, no tiene nada más que ofrecer. Poco puede hacer un gobernante atado de pies y manos tanto por sus socios de ERC como por la llamada Asamblea Nacional Catalana, que es en realidad la que pilota todo el movimiento independentista.

Tampoco le ayuda su propio entorno. Con un partido como CIU, bajo la permanente sombra de la corrupción y al borde de la ruptura es difícil ofrecer una alternativa. Y la guinda del pastel ha sido el caso Pujol. Dice Artur Mas que no pudo ver la comparecencia del expresidente en el Parlament pero que cree en su palabra, es decir, en lo de la “herencia recibida“.

Así las cosas, la semana que comienza promete ser de nuevo trepidante, aunque ya conocemos de antemano el desenlace y el contenido de los siguientes capítulos. Digamos que nos han dado ya a todos el libreto de esta ópera aunque todavía no tengo claro si se trata de una pieza trágica, cómica o ambas cosas.

Entretanto, Artur Mas sigue agrandando su leyenda, o cavando más hondo en su propio agujero. Eso ya depende de a quién se le pregunte.