La frágil memoria
Cuenten los días desde el 14 de abril. Más de ciento sesenta. Uno a uno hasta sumar cinco meses y medio. E intenten recordar ahora cuánto duró la fiebre mundial por el #BringBackOurGirls. ¿Diez días? ¿Quince?
Cuenten los días desde el 14 de abril. Más de ciento sesenta. Uno a uno hasta sumar cinco meses y medio. E intenten recordar ahora cuánto duró la fiebre mundial por el #BringBackOurGirls. ¿Diez días? ¿Quince?
Cuenten los días desde el 14 de abril. Más de ciento sesenta. Uno a uno hasta sumar cinco meses y medio. E intenten recordar ahora cuánto duró la fiebre mundial por el #BringBackOurGirls. ¿Diez días? ¿Quince? Piensen en cómo de indignados estaban, en la necesidad que les asaltó de compartir ese enfado en las redes sociales, en las veces que gritaron al mundo que esas chicas tenían que volver a su casa, con sus familias.
Durante un par de semanas el mundo entero se conmovió con el secuestro de las más de 300 niñas nigerianas, arrancadas de su colegio por miembros de la secta islamista Boko Haram, tratadas como posesiones, objetos sexuales, mercancía con la que negociar, objetos de los que sacar placer, dinero y confort. Niñas de tiza, bata y pupitre que intentaban que su futuro no fuera tan negro como el de sus familias y que terminaron como propiedad de un grupo de locos radicales y mafiosos.
Quince días nos duró la rabia. Quince días nos duraron las ganas de pedir su vuelta. De decenas de millones de búsquedas diarias en la red a prácticamente cero en apenas un mes. Es muy fácil apuntarse a una moda, ser igual de guay que los famosos hollywodienses en sus perfiles de las redes sociales, figurar ante nuestros amigos como el más enterado y moderno del grupo. ¿Ahora te apuntas? Pero si yo colgué el hastagh hace ya tres días.
Y cuando ya no está de moda, cuando ya no es cool, ni molón, ni trendy, nuestra solidaridad termina como esa camiseta de cinco euros que compramos porque era barata: hecha jirones para limpiar cristales.
Pobres niñas negras de campo a las que sólo llorarán sus familias.