Una Mafalda de 50
Si nuestra querida Mafalda de hoy nos cumple 50 años, tal vez sea ya una mujer trabajadora (incluso una mujer sin trabajo) con un par de adolescentes pegados a sus móviles, con los que es mejor comunicarse por el wuasap.
Si nuestra querida Mafalda de hoy nos cumple 50 años, tal vez sea ya una mujer trabajadora (incluso una mujer sin trabajo) con un par de adolescentes pegados a sus móviles, con los que es mejor comunicarse por el wuasap.
Si nuestra querida Mafalda de hoy nos cumple 50 años, tal vez sea ya una mujer trabajadora (incluso una mujer sin trabajo) con un par de adolescentes pegados a sus móviles, con los que es mejor comunicarse por el wuasap. Tal vez tenga que bregar con su hija que se quiere poner unas imponentes tetas de poliuretano para celebrar los 18 y recordar al pibe, antes de salir de casa que se suba los pantalones y baje de una jodida vez la basura. Tal vez lleve a los gritos la custodia compartida. Soportará, resoplando las extravagancias de la ancianidad de papá Quino y sus padres de papel. Como cada día, llevará el peso de su mundo a la espalda y andará a la carrera con todo, sofoco va, sofoco viene, sin tiempo para reflexiones humanistas, de humor fundamentalmente oscuro, acorde con este mundo de mierda.
Nuestra Mafalda de hoy cumple 50 años y estará horrorizada con la afición al Botox de Susanita, que cada vez se parece más a la señora presidenta, con las declaraciones de los obispos españoles, con las majaderías apocalípticas del Eje del Mal y con las amenazas humanitarias del Eje del Bien. Posiblemente ella también sea más del Aserejé.
Estará contenta de que el mundo siga vivo gracias al discurso de Emma Watson en la ONU y habrá encendido una vela por Rita Levi-Montalcini. Sí, Mafalda, esa con la que hemos crecido y sonreído todos sin deferencia de sexo, edad y afiliación religiosa cumple los 50 y estará encantada con la respuesta de las mujeres de mi país, frente a una ley del siglo XIX.
Y lo siento por quien se pueda irritar, pero digo yo, que seguro, que además de ser más lista que un ratón colorau y menopáusica de reloj, es feminista.
Felices 50 Mafalda, al final, nos llega a todas.