El desbarre
Pero en España ha anidado el pesimismo, y la desconfianza en los que mandan. Y desbarra la demagogia barata, de quinta. Los verdaderos expertos son escuchados por pocos y a la mayoría le gusta el lío, el jaleo, montarla parda. Ahora es el perro. Otras veces puede ser un gato. O un pajarillo.
Pero en España ha anidado el pesimismo, y la desconfianza en los que mandan. Y desbarra la demagogia barata, de quinta. Los verdaderos expertos son escuchados por pocos y a la mayoría le gusta el lío, el jaleo, montarla parda. Ahora es el perro. Otras veces puede ser un gato. O un pajarillo.
Sergio Pérez ha retratado la cosa. Alcorcón. La poli custodiando el edificio de la enfermera atrapada por el ébola. Y uno de los casi trescientos manifestantes que pretendían evitar el sacrificio del perro Excálibur con la pancarta «El mundo está contigo». Escribo desde Haití. No sé si será la distancia pero el asunto de la enfermera y el ébola me parece que ha colocado en el escaparate lo peor de España. Los errores graves de la afectada, una profesional. Unos protocolos mal manejados. Un Gobierno incapaz de manejar la crisis y la información adecuadamente. Unos medios encantados en el caos y con ribetes sensacionalistas. El sectarismo y la idiocia de buena parte de nuestros políticos. Y los animalistas, que la lían con el sacrificio del perro, que ha ocupado más espacio en medios y en redes sociales en tres días de los que han ocupado centenares de miles de víctimas del ébola en Africa. Pero esto es lo que hay. Y nos llamamos primer mundo.
Mi respeto a los animales y a sus defensores. Estoy entre ellos. Pero el mundo no está con Excalibur. Estos animalistas deberían viajar más, o leer, o enterarse. El mundo sufre más que los animales. Hay muchos mundos más allá del confortable mundo en el que habitamos. Y conviene conocer tantos altares de la miseria como hay para no quedarse en la pancarta patética.
Pero en España ha anidado el pesimismo, y la desconfianza en los que mandan. Y desbarra la demagogia barata, de quinta. Los verdaderos expertos son escuchados por pocos y a la mayoría le gusta el lío, el jaleo, montarla parda. Ahora es el perro. Otras veces puede ser un gato. O un pajarillo.
Cuando se habla de cosas serias me gustaría vivir en un país más cabal, más sensato, menos dado a la fanfarria y al desbarre. Este asunto del ébola es de fuste. Debe repasarse todo lo que se ha hecho mal, para hacerlo bien. Y debiéramos pensar más en la nuez de los asuntos, el el fondo de los problemas, en el origen. Pero está lejos, y afecta a los nadie, que ya se sabe que valen menos que la bala que los mata.