21 días
El ébola es uno de los virus más letales, ya que uno de sus síntomas es la fiebre hemorrágica. Fue descubierto en 1976 en una pequeña aldea de la República del Congo cercana al río Ébola, al que debe su nombre.
El ébola es uno de los virus más letales, ya que uno de sus síntomas es la fiebre hemorrágica. Fue descubierto en 1976 en una pequeña aldea de la República del Congo cercana al río Ébola, al que debe su nombre.
Se llama Teresa, es auxiliar de enfermería y se presentó voluntaria para atender a los padres Miguel Pajares y Manuel García Viejo. La primera contagiada de ébola en Europa ha sido en nuestro país. Desde que fuera ingresada, se ha pasado a estudiar a las personas que estuvieron en contacto con los infectados. “Espero salir de esta”, dijo a través de su teléfono móvil.
El ébola es uno de los virus más letales, ya que uno de sus síntomas es la fiebre hemorrágica. Fue descubierto en 1976 en una pequeña aldea de la República del Congo cercana al río Ébola, al que debe su nombre. Su descubridor, Peter Piot, director de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical en Londres, nunca imaginó que aquello podría convertirse en una tragedia humanitaria.
Su aparición siempre se había dado en países de África Central y Occidental y, hasta el momento, sólo se habían aplicado medidas preventivas ante la falta de tratamiento o vacuna. Quizá es que, hasta que no ha supuesto una amenaza real para el primer mundo, no ha urgido inventar una cura. Resulta sospechoso que, tras años de investigación, se hayan elegido en pocos meses dos vacunas como sistema de inmunización efectivo contra la enfermedad, y más con la actual crisis económica que ha traído problemas de financiación en el campo de la investigación. Todo un logro, oye.
Hay que añadir además que los primeros síntomas son muy similares a los de la gripe. Estamos en otoño y los resfriados van a estar a la orden del día. Seguro que más de alguno va a entrar en estado de histeria. En España somos así. Se necesitan 21 días para que aflore la enfermedad. 21 días. Y uno solo ha bastado para dar la voz de alarma en toda una población. Tranquilidad.