Ébola is coming
Menos cuando el mal llama a nuestra puerta. Ebola is coming fue la portada de la revista Bloomberg Businessweek. Al final, ha llegado. Y así fue como cundió el pánico en España.
Menos cuando el mal llama a nuestra puerta. Ebola is coming fue la portada de la revista Bloomberg Businessweek. Al final, ha llegado. Y así fue como cundió el pánico en España.
Qué fácil es encender el televisor y mirar con indiferencia entre bocado y bocado los males ajenos. Qué fácil nos resulta sentir empatía y compasión por otros a través de un cristal, cuando una pantalla nos separa a nosotros de ellos, su ilusoria realidad de nuestro cercano día a día.
Menos cuando el mal llama a nuestra puerta. “Ebola is coming” fue la portada de la revista Bloomberg Businessweek. Al final, ha llegado. Y así fue como cundió el pánico en España. Un país de pandereta en el cual la Ministra de Sanidad es licenciada en políticas y sociología mientras que en países a los que llamamos “menos desarrollados” como Liberia que ya llega a la alarmante cifra de 2069 muertos, el ministro de sanidad Walter T. Gwenigale es titulado en químicas, además de ser cirujano y doctor de la OMS (nótese la ironía). Nos escandalizamos por fotografías que la única culpa que tienen es informar. La realidad nos resulta grotesca, hasta el punto incluso de llegar a parecernos ficticia. Pero la niña tirada en el suelo de un hospital de Makeni, Sierra Leona, entre flujos humanos que no agua, es tan real como el texto que está usted leyendo. España al fin palpa la enfermedad, siente la incertidumbre y prueba el miedo.
Perplejidad es la palabra con la cual se resume todo este circo mediático entorno a la enfermera contagiada de ébola. Ana Mato nos recibe de negro, augurando la que se nos viene encima, en un intento de calmar a la población con palabras políticamente vacías. El único protocolo de seguridad es cerrar las puertas y seguir a la espera. Dejar en las manos de profesionales nuestra suerte. Si es que nos tenía que pasar dicen algunos. España es, por alguna razón más o menos desconocida, primera en todo. Primer caso de contagio del ébola fuera de África: España. País líder en abandono escolar de Europa: España. Cabecilla en el consumo de alcohol: España. Dentro de lo que cabe, poco nos pasa. No quisiera imaginarme cómo hubiéramos reaccionado ante un desastre natural y químico como el de Fukushima. Desde luego haciendo fila india no.
Ahora que el ébola ha llegado a nuestro país, por fin podemos decir que sentimos verdadera empatía por África. Por fin el mal no es ajeno. Como una vez escribió David Jiménez “No es tanto el mal lo que nos incomoda, sino su cercanía”.