Berlín gracias a los berlineses
No fue un triunfo de la política, fueron los ciudadanos del Este y del Oeste, sin importar sus orígenes, la edad o clase social, los que derribaron esa muralla. Los alemanes son bien conscientes de ello, por eso la celebración del domingo fue hecha por y para la población.
No fue un triunfo de la política, fueron los ciudadanos del Este y del Oeste, sin importar sus orígenes, la edad o clase social, los que derribaron esa muralla. Los alemanes son bien conscientes de ello, por eso la celebración del domingo fue hecha por y para la población.
No cabe duda de que ha sido el fin de semana de Berlín. La capital de Alemania y, porqué no decirlo, de Europa, tenía algo que celebrar, de lo que sentirse orgullosa. Su país dió una lección de libertad y democracia al mundo hace 25 años cuando el muro de la vergüenza abrió sus puertas condenando a muerte a un comunismo agonizante.
El blanco vistió la ciudad con 8,000 globos que recrearon 15 de los 155 kilómetros del muro «antifascista» y que, llegada la hora, volaron libres por el cielo berlinés. Las celebraciones tanto en el East Side Gallery, ese trozo de muro de más de un kilómetro convertido en arte, como en la emblemática Puerta de Branderburgo tenían una clara intención: homenajear a todos aquellos que durante 28 años lucharon por un cambio, las personas.
Porque no señores, no fue un triunfo de la política, fueron los ciudadanos del Este y del Oeste, sin importar sus orígenes, la edad o clase social, los que derribaron esa muralla. Los alemanes son bien conscientes de ello, por eso la celebración del domingo fue hecha por y para la población. Más de 100,000 personas, algunas llegadas desde distintos puntos de Alemania y del mundo, no quisieron perderse este histórico homenaje y de paso recordar al planeta que todo gran cambio pasa primero por nuestras manos.