Ellas
El EI se ceba especialmente con las mujeres y las niñas, seres impuros y objetos sexuales sin ningún tipo de valor a las que venden o esclavizan de todas las formas posibles.
El EI se ceba especialmente con las mujeres y las niñas, seres impuros y objetos sexuales sin ningún tipo de valor a las que venden o esclavizan de todas las formas posibles.
Miles de mujeres kurdas luchan contra el EI en Kobani. Las cifras varian dependiendo de la fuente, pero según esta publicación se calcula que unas 7.000 voluntarias forman parte de la brigada femenina de las Unidades de Protección de Pueblo Kurdo. Y todos coinciden: su papel ha sido vital para contener los intentos del grupo terrorista de controlar la ciudad. Aplastando y destruyendo todo lo que encuentra a su paso, el EI se ceba especialmente con las mujeres y las niñas, seres impuros y objetos sexuales sin ningún tipo de valor a las que venden o esclavizan de todas las formas posibles.
Por eso es especialmente significativo que ellas esten ahí, parándole los pies a esos salvajes a base de cañonazos, ya que es el único idioma que entienden. Es además reconfortante saber que muchos de ellos se irán a la otra vida con la certeza de que nunca habitarán el Paraíso, ya que entre las muchas barbaridades que han interiorizado está la de creer que si mueren a manos de una mujer, nunca podrán alcanzar ese lugar inventado que tanto anhelan.
Meysa Abdo, comandante kurda, escribió un deseo en el New York Times: «Los que estamos en el frente sabemos muy bien cómo trata el EI a las mujeres. Esperamos que todas las mujeres del mundo nos ayuden porque luchamos por los derechos de las mujeres en todo el mundo». Humildemente, desde la habitación en la que me encuentro sentada escribiendo este artículo, doy las gracias a Meysa y a todas sus compañeras por mostrar el valor y la fuerza que muchas de nosotras gastamos en toda una vida y que ellas concentran en cada uno de sus actos.