¡Eh, tú, Mediohombre!

Sí, te hablo a ti, que estás leyendo este artículo. ¿Qué te sucede? ¿Te asusta que te apunte con una ballesta? No te preocupes, no voy a dispararla, por el momento, claro. Primero debes escucharme.

¡Eh, tú, Mediohombre! Sí, te hablo a ti, que estás leyendo este artículo. ¿Qué te sucede? ¿Te asusta que te apunte con una ballesta? No te preocupes, no voy a dispararla, por el momento, claro. Primero debes escucharme.

¿No me conoces? Mientes. Sabes que soy Tyrion, al que llaman el Gnomo, hijo de Tywin, de la Casa Lannister, asentada en Roca Casterly desde antiguo y descendiente de los guerreros que conquistaron Poniente a los Primeros Hombres.

Te he buscado a ti, y te llamo Mediohombre porque sé que eres corrupto, sé que robas el dinero del Tesoro que todos pagan con sus impuestos, y que en el fondo no te arrepientes, sino que te vanaglorias de ello por las tabernas.

Y también te busco a ti, Mediohombre, que maltratas a los más débiles en cualquiera de sus formas: que abusas de la posición de necesidad de muchos a la hora de negociar tus contratos; que pegas a tu compañera; que insultas a los que son diferentes; que no aceptas o los de otra raza, que menosprecias a los que no son como tú.

Y a ti, Mediohombre, que de la mañana a la noche no colaboras en nada en hacer de este mundo un lugar mejor, que eres ruin, mezquino, envidioso y rencoroso; y que siempre que puedes pones trabas al que es mejor que tú, más bueno, generoso, alegre, digno y libre.

A vosotros os hablo y os digo que yo, Tyrion, de la Casa Lannister, he venido porque los más pequeños y débiles, aquellos a los que tu desprecias y aplastas, son los únicos que siempre me han comprendido y acogido. Y por ello te aviso: piénsatelo bien antes de volver a poner tu mano o tu palabra sobre esa gente.

Porque yo estoy aquí ahora y me siento en deuda con todos ellos. Y, como debes saber, un Lannister siempre paga sus deudas.