Una prejubilación activa
Tal vez lo mejor del doble mandato de Obama sea que piensa ser un prejubilado activo. Un presidente como el que dijo que sería: con ideas y sin miedos.
Tal vez lo mejor del doble mandato de Obama sea que piensa ser un prejubilado activo. Un presidente como el que dijo que sería: con ideas y sin miedos.
“La presidencia son 18 meses”, explicaba Leo McGarry al candidato a presidente Matt Santos en la séptima temporada de ‘The West Wing’. Según la totémica, por enciclopédica, serie de Aaron Sorkin, las luchas en el Congreso, el calendario electoral estadounidense y las propias dinámicas de la política reducían la efectividad de cualquier mandato presidencial a apenas año y medio, que es cuando el presidente podía realmente gobernar.
De tener razón McGarry/Sorkin, la presidencia de Barack Obama comenzaría, de verdad, el próximo de enero. Y no suena descabellado.
Fuera de la ficción, lo cierto es que el presidente de EE.UU. está ya en fase de prejubilación. Su ventaja es que el mapa político que deberá afrontar es definitivo, y que no hay después. A partir de diciembre se enfrentará a un Congreso y Senado republicanos, es cierto, pero también lo es que ya no tiene que preocuparse por futesas: no concurrirá a más elecciones y no tendrá que pensar en su futuro político. De facto, el primer presidente negro de EE.UU. está amortizado.
El Barack Obama del lema ‘Hope’ –y no digamos ya el de la delirante conjunción estelar de Leire Pajín- resultó una decepción. Si el mundo ha cambiado desde 2008 no ha sido a mejor. Y su gestión interna en EE.UU. se juzga entre mediocre e inocua. Da la sensación de que su valía política está aún demostrar. Quizá ahora el prejubilado de la Casa Blanca –“La presidencia son 18 meses”- eche el resto y descubramos su altura más allá de la estética. De momento ha retado a los republicanos con la semiregularización de cinco millones de inmigrantes ilegales y apostando por Hillary Clinton para 2016. En clave política, un gesto hacia una minoría desfavorecida y otro hacia las mujeres trabajadoras que se ven reflejadas en la ex Primera Dama y ex Secretaria de Estado. En clave social es más. Mucho más.
Tal vez lo mejor del doble mandato de Obama sea que piensa ser un prejubilado activo. Un presidente como el que dijo que sería: con ideas y sin miedos.