Espejito Espejito
Mujeres del mundo, ella es la fémina 10 de este año. Haced todo lo que esté en vuestra mano para pareceros a ella.
Mujeres del mundo, ella es la fémina 10 de este año. Haced todo lo que esté en vuestra mano para pareceros a ella.
Una decena de Blancanieves vestidas de largo celebra la coronación de la nueva bella entre las bellas, Rolene Strauss, la candidata sudafricana de un concurso en el que 121 mujeres desfilaron para ver quien lucía una mejor carcasa. La ganadora se llevó una gran corona de brillantes y se sentó en un trono blanco y dorado digno de la mismísima amiga de los siete enanitos. Todas lucían melenas largas, tacones de vértigo, largos vestidos ajustados adornados con más brillantes, joyas y más joyas, sonrisas blancas e inmaculadas, uñas infinitas.
Son como las princesas de Disney pero de carne y hueso.
Existen, son de verdad, son una minoría adornada y retocada hasta la saciedad pero su imagen se encumbra como ejemplo en todo el planeta con una consigna clara: “Mujeres del mundo, ella es la fémina 10 de este año. Haced todo lo que esté en vuestra mano para pareceros a ella.”
Por suerte muchas mujeres del mundo protestan y se revelan contra la imposición de cánones de belleza. Pero hay otras muchas mujeres del mundo que se están formando y que creen que un objetivo principal de su vida tiene que ser parecerse a ellas porque lo dicen las películas, los cuentos, las noticias y todos los catálogos de moda. Niñas de entre 5 y 15 años que crecen acomplejadas porque la sociedad les dice que no son bonitas, que lo de dentro no importa, que lo bonito es parecer una muñeca delicada y rompible, educada y discreta, femenina y deseable. Ardua tarea intentar convencer a una hija de que la belleza física no es lo más importante, de que se quiera tal como es y tal como se merece, con todo el orgullo del mundo. Es injusto y agotador. Una lucha prácticamente vana.