Lovemark

Misterio, sensualidad e intimidad, los tres ingredientes perfectos. Irresistible… Y sucumbirás. Porque sí.

Misterio, sensualidad e intimidad, los tres ingredientes perfectos. Irresistible… Y sucumbirás. Porque sí. La emoción se ha impuesto a la racionalidad. La observarás y te sentirás atraído, enganchado. Tiene alma, eso es lo que más te hechiza. Y la amarás. “Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte” (Fernando Pessoa). ¿Amor a primera vista? Creerás que sí, pero lo cierto es que no. La sociedad de consumo lleva meses conduciéndote hasta ella…

Lo que realmente mueve a un ser humano son las emociones. Ya no buscamos productos eternos, sino otros que, aunque sean perecederos, nos hagan vivir una experiencia. Los sentimientos, y no tanto la razón, tienen un gran peso en la toma de cada una de nuestras decisiones. Y, así, ella te despertará intriga, sorpresa, entusiasmo, aprecio… ¿amor? Quizá. ¿Felicidad? Por supuesto que sí. Ese “algo” que te subyuga.

Coleccionamos “algos” y los buscamos con un deseo que nos extingue de avaricia. Esa sociedad líquida de olas y espuma… y anhelamos lo sólido aunque sea fugaz. De nuevo, un algo que nos sacie por unos míseros segundos. Oh, sí, el deseo desea deseo. Y deseamos más cuanto más conquistamos.

La marca te marca y su avidez por consumirlo te consume porque no se posiciona en tu cabeza, sino en tu corazón. Y te llegará tan adentro que no la dejarás irse jamás. Ella ya no deberá luchar constantemente por ti, pues tú, como consumidor, ya no podrás olvidarla. Como un canto de sirena… Y será irreemplazable, imitada pero única. Todo será suficiente para amarla, cuidarla, custodiarla, indagarla. Y serás su esclavo. Te creerás su poseedor, pero serás su poseído.

Lovemark.