Grecia: entre el temor y la rabia

Europa traga saliva ante el anuncio del primer ministro griego, Andonis Samarás, de la convocatoria de elecciones anticipadas parlamentarias para el próximo 25 de enero.

Europa traga saliva ante el anuncio del primer ministro griego, Andonis Samarás, de la convocatoria de elecciones anticipadas parlamentarias para el próximo 25 de enero. El anuncio viene después de que el parlamento heleno haya rechazado hasta en tres votaciones diferentes la propuesta de Stavros Dimas como presidente de la República.

Restan pocas semanas y Europa sabe que las encuestas favorecen a Syriza, la coalición de izquierda radical. La campaña electoral arranca, aunque no lo haga oficialmente. Y con ella vuelven los fantasmas de 2012. Estas son semanas en que tanto los partidos europeístas, como los gobiernos extranjeros representantes de grandes grupos acreedores, empezarán a agitar el fantasma del miedo. De hecho, las primeras reacciones europeas no se han hecho esperar con el anuncio del FMI de suspender todas las ayudas hasta la formación del nuevo gobierno o las declaraciones del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtiendo de que no hay alternativa a las políticas actuales.

La campaña electoral será muy semejante a las vividas en las elecciones de 2012 (mayo y junio), donde los partidos tradicionales ND y PASOK consiguieron conformar un “gobierno de salvación” fiel a los intereses europeos. Sin embargo, muchas cosas han cambiado desde entonces debido a un gobierno altamente inestable (sobre todo con la salida de DIMAR en 2013) y al empeoramiento de la situación en la calle, a pesar de que el gobierno se empeñe en ofrecer grandes cifras macroeconómicas favorables.

Los resultados de estas elecciones dependerán de si los griegos se mueven, en el momento de la verdad, por rabia o temor. Syriza tiene ahora un mayor recorrido, siendo la fuerza más votada en las elecciones europeas de mayo, con un escaño más que el partido conservador (ND) y casi un 4% de votos más. Una encuesta de septiembre (Public Issue) situó a Syriza al borde de la mayoría absoluta con una diferencia de 11 puntos porcentuales con respecto a ND. Sin embargo, la campaña de temor que recién acaba de comenzar, ha hecho que esa diferencia se estime ahora entre los 2 y 4 puntos porcentuales.

El sistema electoral del país hace que la victoria tenga una importancia capital debido al bono de 50 escaños adicionales que obtiene el partido más votado. Independientemente de quien gane las elecciones, la gobernabilidad del país será muy complicada. Para la consecución de la mayoría absoluta son necesarios aproximadamente un 40% de los votos. Sin embargo, la elevada fragmentación del poder debido a un mayor número de partidos políticos, sobre todo por los extremos, puede hacer que ese porcentaje sea considerablemente menor, en torno a un 37%. Tanto Syriza como ND tienen pocas alternativas para alcanzar un gobierno estable por la falta de socios. La alternativa de gobierno que parece más probable es la unión entre Syriza y To Potami, un nuevo partido de centroizquierda liberal que surge como respuesta a la desconfianza de algunos votantes ante Syriza. To Potami, a pesar de su reciente aparición, ya ha logrado 2 eurodiputados en las elecciones europeas de mayo y según todas las encuestas puede llegar al 5% de los votos en las próximas elecciones.

Lo que ocurra en Grecia será la antesala de lo que pase en España y marcará el futuro de Europa. La victoria de Syriza (y su respuesta hasta la crisis) puede ser el espaldarazo definitivo para muchos partidos de ideología y programas similares en todos los países del Sur de Europa.