THE OBJECTIVE
Jacqueline Echevarria

Pegida, Legida y el daño a la imagen de Alemania

Después de unos días un tanto complicados para el movimiento islamófobo, a simple vista podríamos decir que el grupo va perdiendo su energía pero eso sólo lo podremos saber en el transcurso de los días.

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Pegida, Legida y el daño a la imagen de Alemania

Después de unos días un tanto complicados para el movimiento islamófobo, a simple vista podríamos decir que el grupo va perdiendo su energía pero eso sólo lo podremos saber en el transcurso de los días.

Parece ser que la cancelación de su concentración la semana pasada por amenaza terrorista y la dimisión de su líder Lutz Bachman por una foto en la que aparecía posando como Hitler, han provocado una pérdida de fuerza en Pegida. El domingo 18.000 personas se reunieron en una nueva marcha en Dresde, la decimotercera y esta vez con la portavoz del movimiento, Kathrin Oertel iniciando la protesta. Menos que la del pasado 12 de Enero que logró congregar a 25000 simpatizantes.

Después de unos días un tanto complicados para el movimiento islamófobo, a simple vista podríamos decir que el grupo va perdiendo su energía pero eso sólo lo podremos saber en el transcurso de los días. Lo que sí es cierto es que Pegida ya no es el único problema. Legida, movimiento local procedente de Leipzig y variante aún más radical de Pegida, reunió a 15.000 personas en su última concentración reclamando el fin de lo que ellos consideran una «inmigracion masiva».

La canciller alemana, Angela Merkel, mostró su respeto al derecho a manifestarse por encima de su ya declarado rechazo a los contenidos e intención de estos movimientos pero la administración se siente más lejos de los ciudadanos que ven cómo se dejan llevar por los radicalismos ante los ojos de todo el mundo. “Se subestima el daño que han hecho ya las pancartas y los lemas xenófobos y racistas de Pegida a Alemania» ha señalado el Ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmer, en una entrevista al periódico Bild am Sonntag. “Lo queramos o no, precisamente en cuestiones como éstas, el mundo mira hacia Alemania con mucha atención” añadió.

Mientras, la administración de Merkel baraja todas las posibilidades para evitar que estos grupos sigan creciendo. «Tenemos que estar más en contacto con la gente» admitió el Vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel. «Hablar es lo único que puede hacer una democracia» sentenciaba Gabriel mientras asistía en Dresde a un foro de debate para escuchar a los simpatizantes de Pegida. Una noticia que sorpredió a todos y que sentó como un jarra de agua fría a los alemanes.

Parece ser que a veces hablar no es lo correcto.

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