¡Qué desgrecia!
Aunque no estén de acuerdo en el fondo de las políticas, tienen un consenso básico: ambos son dueños de posiciones irreductibles, innegociables, y eso los unifica mucho más que la concreción de la política
Aunque no estén de acuerdo en el fondo de las políticas, tienen un consenso básico: ambos son dueños de posiciones irreductibles, innegociables, y eso los unifica mucho más que la concreción de la política
Verdaderamente este mundo anda de cabeza. El partido de izquierda radical griega Syriza se alía con la extrema derecha. Es la verdadera prueba de que los extremos en el fondo se tocan (… y parece que en la superficie también). No deja de ser curioso que sea el líder de derecha griega, Panos Kammenos, luego de pactar con Syriza, quien anuncie que: «A partir de este momento ya hay un gobierno». Otra que brinca en una pata de la alegría por el resultado de las elecciones griegas es Marine Le Pen, líder de la ultraderecha francesa. Aunque no estén de acuerdo en el fondo de las políticas, tienen un consenso básico: ambos son dueños de posiciones irreductibles, innegociables, y eso los unifica mucho más que la concreción de la política.
Visto por un venezolano que ha vivido 15 años de un régimen que también se autodefine como radical, el nuevo gobierno griego tendrá una desventaja con la que el nuestro no cuenta a la hora de culpabilizar a otros de sus equivocaciones: Alexis Tsipras no podrá desarrollar la tesis, tan en boga en Venezuela, de que es la extrema derecha la que sabotea su gobierno, porque es su aliada de coalición. Otra cosa que nos golpea es que el eslogan de Tsipras sea el de acabar con la “desastrosa austeridad”. Para nosotros, que hemos vivido en el venturoso derroche de 16 años con el barril de petróleo al más alto precio de su historia y estamos al borde del abismo económico, un poco de “desastrosa austeridad” no nos vendría nada mal.
Ya puede irse preparando España para que Podemos pacte con la Falange Auténtica. Pero bueno, como diría Fernando Mires, autor de la frase que titula este escrito: la historia no es nueva. ¿No se aliaron también Hitler y Stalin?