Cataclicksmo
No entre al artículo, la supervivencia de la especie depende de que no lo haga. Por su madre, no lo haga. Un click y explotará la tierra.
No entre al artículo, la supervivencia de la especie depende de que no lo haga. Por su madre, no lo haga. Un click y explotará la tierra.
No entre al artículo, la supervivencia de la especie depende de que no lo haga. Por su madre, no lo haga. Un click y explotará la tierra.
¡Cataplum! Hala, todos por los aires por su maldita culpa. Estará contento…
No todo el mundo dice la verdad, pero eso usted ya lo sabe, lector de buena fe. Y menos mal, si no estaríamos en llamas ahora.
A veces, las mentiras pueden ser mucho más productivas; generalmente más atractivas. Puede que ésta lo sea. Como mínimo, mi trola ha servido para hacerle entrar que a leer mis chorradas.
Puede que, después de estas insignificantes líneas, concluya que la verdad, para serlo, sencillamente dependa de quién la recibe.
Es probable que no exista la verdad ni la mentira; que existan los matices, los individuos y sus ideas. Y el fin último. Porque hay verdades que matan, y mentiras que amparan. Interpretaciones. Intenciones.
Dijo André Maurois, quien en realidad se llamaba Émile Herzog, que solo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa.
Puede que, al fin y al cabo, lo mejor sea que la humanidad no dependa de usted.
¿Verdad?