Ama
Tú ya eres maravilloso. Quizá no te has detenido a mirarte de verdad. No me refiero a la persona que te gustaría ser, ni a ese que eres cuando estás en el trabajo o viajando en el autobús.
Tú ya eres maravilloso. Quizá no te has detenido a mirarte de verdad. No me refiero a la persona que te gustaría ser, ni a ese que eres cuando estás en el trabajo o viajando en el autobús.
¿Por qué vivo? ¿Qué hago en el mundo? ¿Cuál es el motivo de mi existencia? ¿Qué se espera de mí? Son preguntas que escucho a menudo. También yo las formulé.
Tú ya eres maravilloso. Quizá no te has detenido a mirarte de verdad. No me refiero a la persona que te gustaría ser, ni a ese que eres cuando estás en el trabajo o viajando en el autobús. No me refiero a lo que muestras. No me refiero a tu ego, me refiero a ti. Tú eres maravilloso/a. No importa lo que digan las modas ni los cánones de belleza, ni tu currículum ni las notas que sacaste en la carrera ni tus datos de facturación en la empresa. Eso son números, no eres tú. Tú vales más que eso.
Tienes una capacidad enorme de amar, de servir a los demás con alegría. Quizá no te hayan enseñado a hacerlo, quizá sí. No eres perfecto ni perfecta. Aún así, uno no se rinde ante lo que le apasiona, encuentra el amor en lo que hace. Ser maravilloso no es ser perfecto, ni ser invulnerable, ni ganar siempre. La vida no es para ser mejor que los demás. No es evolutiva, es cambiante. No se trata de competir con los demás, se trata de competir con uno mismo para compartir mejor con los demás. Servir a los demás.
Fíjate en los girasoles, se inclinan al sol, pero si ves alguno que se ha inclinado demasiado es que está muerto. Tú puedes servir, pero no eres un siervo ni un esclavo. Servir es el arte supremo. Sólo hay un motivo que justifique la vida: el Amor.