Excrementos
Intento encontrar un adjetivo o sustantivo adecuado para titular este texto pero todos se quedan demasiado cortos, ligeros, amables. Así que he optado por algo más gráfico.
Intento encontrar un adjetivo o sustantivo adecuado para titular este texto pero todos se quedan demasiado cortos, ligeros, amables. Así que he optado por algo más gráfico.
Intento encontrar un adjetivo o sustantivo adecuado para titular este texto pero todos se quedan demasiado cortos, ligeros, amables. Así que he optado por algo más gráfico. Este montón de mierda con forma humana y nombre de persona, líder de Boko Haram y primer responsable del secuestro de más de 200 niñas el año pasado entre otras muchas lindezas, ha comunicado al mundo entero la intención de su grupo carroñero de unirse al ISIL, a cuyo líder ha jurado lealtad.
Con uniforme de guerra y un arma como escudo (sin la cual perdería toda su fuerza), este ser estúpido consumido por el odio, sigue adelante con su objetivo de expandir el terror e imponer sus creencias, que nada tienen que ver con ninguna religión ni con nada que se le parezca. Para ello se ha unido formalmente a los miserables mayores, que humillan, vejan y asesinan a golpe de machete y destruyen todo lo que encuentran a su paso con la intención de crear un nuevo orden.
Sorprende que exista un ser tan mezquino, que se haya podido gestar tanta maldad en una sola persona, pero lo que más sorprende es que no está solo y que su mal se contagia a una velocidad de vértigo. A pesar de que tanto Boko Haram como el ISIL han mostrado a todo el planeta sus múltiples atrocidades y carnicerías y el sufrimiento brutal de quienes se cruzan en su camino, cientos de personas de vidas vacías acuden a ellos para llenarse de algo, aunque ellas mismas sepan que ese algo es la sustancia más nauseabunda que ha impregnado este mundo. Quizás sienten que es mejor llenarse de excrementos que sentir el vacío, pero entre el odio y la nada, si hay que elegir, yo hasta prefiero que venza la nada.