S.O.S.
Me cuesta mucho asimilar tanta brutalidad contra las mujeres, tanta indiferencia ante esta lacra mundial y tanto resentimiento cuando aparece la palabra feminismo
Me cuesta mucho asimilar tanta brutalidad contra las mujeres, tanta indiferencia ante esta lacra mundial y tanto resentimiento cuando aparece la palabra feminismo
Cinco pequeñas cubiertas con bolsas de basura se manifestaban el domingo en Nepal en protesta por la brutal violación y asesinato de una niña de seis años. Son pequeñas porque apenas alcanzan los 10 años, pero posiblemente ya habrán vivido en sus carnes las miradas lascivas de seres sin escrúpulos ni dignidad. Aunque ese es solo el golpe más leve. Aún les queda una vida entera de posibles limitaciones y abusos.
Niñas y mujeres en todo el mundo son golpeadas, vejadas, violadas y asesinadas cada día. Rociadas con ácido, insultadas, anuladas, secuestradas y obligadas a convertirse en meros objetos de usar y tirar por el simple hecho de pertenecer al género femenino. Y no es algo ajeno a ningún territorio. En nuestro país, desde 2003 hasta hoy, 769 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas. Asesinadas, no muertas ni fallecidas. Las han matado con odio, alevosía y premeditación. Es una cifra de escándalo. Un problema de primer orden para el que se han tomado medidas de último orden.
Me cuesta mucho asimilar tanta brutalidad contra las mujeres, tanta indiferencia ante esta lacra mundial y tanto resentimiento cuando aparece la palabra ‘feminismo’. Me cuesta mucho asimilarlo porque vivo en un mundo plagado de hombres buenos, tengo la plena certeza. Pero me temo que muchos de ellos aún no han entendido que este problema también les pertenece. Y se está haciendo cada vez más tarde. ¿Dónde estáis? Esta lucha también es vuestra. Venid, escuchadnos, caminad con nosotras. Que juntos la ganamos seguro.