Cervantes para los restos
Miguel de Cervantes está más vivo que Elvis, y lo sabes, como diría el meme de Julio Iglesias. Y si no, que hagan una encuesta los de Demoscopia, a ver qué dice la gente.
Miguel de Cervantes está más vivo que Elvis, y lo sabes, como diría el meme de Julio Iglesias. Y si no, que hagan una encuesta los de Demoscopia, a ver qué dice la gente.
Bastante tuvo el hombre en vida, para que siglos después de su muerte nos empeñemos en seguir tocándole los huevos, pero supongo que ahora ya le da lo mismo.
Miguel de Cervantes es un tipo que como todos sabemos, está rabiosamente vivo, aunque algunos se empeñen en certificar su muerte, y no digamos ya, sus restos, que lo más probable es que sean los huesos que sustentan a toda la hispanidad actualmente viva.
Alguien con una pluma semejante, y con una biografía que deja a la altura del betún cualquier episodio de James Bond, es sin duda y de manera no declarada el espíritu de este país. Y considero que es improbable que aún con sus restos en la mano, de lo que siempre habrá dudas, logremos certificar su defunción.
Miguel de Cervantes está más vivo que Elvis, y lo sabes, como diría el “meme” de Julio Iglesias.
Y si no, que hagan una encuesta los de Demoscopia, a ver qué dice la gente. Porque seguramente Don Miguel huyó del mundo sin dejar rastro, pero sí una huella enormemente profunda en el sustrato orgánico y emocional de este país, y de tantos otros.
Y si el tipo quiso hacerlo así, por más que nos empeñemos no obtendremos más pruebas de su existencia que lo que queramos demostrar a nuestro imaginario. Es como el asunto de la cruz de cristo o su corona de espinas. Si juntamos todos los restos que venera la cristiandad, igual tenemos madera para quemar en fallas (el caloret) para los restos.
Eso sí. Si los tipos de la Comunidad de Madrid logran certificar su defunción, habrán encontrado un filón turístico que te cagas. Ya veo a la peña pagando las entradas para estar cerca de los restos de tan insigne personaje, a ver si se les pega algo de su ingenio. Pero ya saben, Quod natura non dat, Salmantica non præstat.
Estoy empezando a pensar que la certificación de tal hallazgo tiene un sustrato electoral. Al más puro estilo cervantino. ¿O era al estilo del “Lazarillo de Tormes”, que era anónimo?. La picaresca está servida……