GR-DE: Solidaridad y superioridad
La creación de la comisión helena es un contragolpe claro a Alemania, aunque en parte fuera esperado. Y es un contragolpe que debe entenderse dentro del contexto de grave crisis económica y financiera que vive Grecia.
La creación de la comisión helena es un contragolpe claro a Alemania, aunque en parte fuera esperado. Y es un contragolpe que debe entenderse dentro del contexto de grave crisis económica y financiera que vive Grecia.
La operación Marita marcó el inicio de la ocupación alemana en Grecia durante la segunda Guerra Mundial. Los alemanes, apelando a su superioridad, ocuparon el país entre los años 1941 y 1944, colocando al frente a un gobierno griego fiel a la causa nazi (Estado Helénico). Esta ocupación supuso uno de los mayores dramas de la historia del país en una época marcada por el hambre, las represalias y la destrucción. Las fuerzas alemanas incendiaron un gran número de aldeas griegas y mataron a más de 20.000 civiles. A ello se unió el hambre, que sólo durante el primer invierno de ocupación (1941-42) mató a unos 75.000 griegos. En cifras globales se estima que, durante los años de ocupación, entre unos 300.000 y 400.000 griegos murieron por esta causa, y en torno a un millón aproximadamente fueron despojados de sus casas. Unido a las cifras humanas, el fin de la ocupación dejó un país totalmente expoliado, con sus industrias en quiebra y sus infraestructuras arrasadas. Una situación dramática que llevó el país a un conflicto civil continuado hasta el año 1950, seis años después del fin de la ocupación nazi.
El Parlamento griego viene de aprobar, por una inusitada unanimidad, la creación de una comisión para reclamar a Alemania indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra, exigir la devolución del préstamo forzoso contraído por el gobierno griego durante la ocupación nazi (de entre unos 7 y unos 11 M€ actuales), además de obras de arte expoliadas. Según estimaciones, el valor actual de este montante podría superar los 170.000 M€ (millones de euros), aunque algunos expertos apuntan a cifras más elevadas.
Actualmente, la deuda griega es de un 175% de su PIB, aproximadamente unos 317.000 M€. Entre los principales tenedores de deuda griega está Alemania. En el primer rescate (2010), Alemania aportó mediante un acuerdo bilateral más de 15.000 de los 73.000 M€ del coste total de dicho rescate. En el segundo rescate (2011), ejecutado a través del Fondo Europeo de Rescate (actual Mecanismo Europeo de Estabilidad), Alemania contribuyó con más de un 29% (más de 41.000 M€) del total aportado.
Por tanto, si las reclamaciones griegas son tenidas en cuenta en su formulación actual, Grecia estaría en condiciones de reducir aproximadamente a la mitad su nivel de endeudamiento y/o saldarla en su totalidad con Alemania. Aunque no será fácil. El gobierno alemán alega que los compromisos alcanzados en el “Acuerdo de Londres” (1953) y en el «Tratado 2+4» (1990) le eximen de pagar nada más. Sin embargo, a raíz de la petición griega, diversos líderes de la izquierda alemana se han mostrado dispuestos a escuchar las reivindicaciones griegas, asegurando estar abiertos a la negociación.
La creación de la comisión helena es un contragolpe claro a Alemania, aunque en parte fuera esperado. Y es un contragolpe que debe entenderse dentro del contexto de grave crisis económica y financiera que vive Grecia. Herida en el orgullo, Grecia apela a la misma solidaridad que el resto de países ocupados tuvieron con Alemania tras sus derrotas en las sucesivas guerras mundiales. Entre otras medidas los países acordaron con Alemania reducir su deuda, otorgar grandes concesiones a las empresas alemanas, permitir una alta competencia de los tribunales germanos, conceder ayudas dentro del Plan Marshall y permitir que el reembolso de deuda se diera sólo en el momento en el que el país alcanzara un alto nivel de crecimiento y/o una mejora de las condiciones de vida de sus habitantes.
Y, en todo esto, subyace el papel geopolítico de cada país en cada momento. La solidaridad con Alemania se debía principalmente al intento de establecer un bloque capitalista fuerte en Europa Occidental. En este mismo sentido, Grecia también cuenta con un importante peso geopolítico histórico y actual en Europa. La derrota de la invasión italiana fue considerada la primera victoria aliada en la segunda Guerra Mundial (1940-41) y la posterior Guerra Civil (1941-50) el primer conflicto bélico de la Guerra Fría. Ahora veremos si, las reclamaciones hechas por Grecia, en caso de ser consideradas, supondrán una amenaza definitiva a los dogmas de la austeridad germana, además de un precedente para que el resto de países damnificados durante la guerra exijan sus indemnizaciones.