Vida en los Alpes
Pero hoy he vuelto a trepar por una de las escarpadas montañas de los Alpes y asomado desde su cima encuentro y comparto con los familiares y amigos de los fallecidos algo de consuelo. He sentido las ilusiones y sueños de cada uno de estos seres humanos, he visto almas muy llenas de vida.
Pero hoy he vuelto a trepar por una de las escarpadas montañas de los Alpes y asomado desde su cima encuentro y comparto con los familiares y amigos de los fallecidos algo de consuelo. He sentido las ilusiones y sueños de cada uno de estos seres humanos, he visto almas muy llenas de vida.
La fecha del 24 de marzo de 2015 quedará grabada para siempre en nuestros corazones. Es difícil imaginar el gran sufrimiento y dolor por el que estarán pasando cientos de familias y amigos de los fallecidos en el accidente aéreo de la pasada semana.
En ese vuelo fatídico viajaban personas de diferentes nacionalidades, de incontables sueños e ilusiones realizados y por realizar, en ese vuelo viajaban ciento cincuenta vidas aún por vivir.
Pensando en las familias rotas nuestro llanto es tan infinito como las lágrimas que cayeron del cielo para inundar de tristeza las montañas ahora vestidas de negro por un duelo a perpetuidad.
En ocho minutos se pueden acumular cientos de recuerdos. Con 150 almas en descenso involuntario hacia un incierto destino se pueden descifrar miles de sentimientos. En su caída, antes de tocar tierra, cada una de estas personas pensaría en sus seres queridos, en todos los que esperaban su regreso para seguir compartiendo con ellos los presentes y futuros, las penas y alegrías que conforman esta vida terrenal tan alejada o tan próxima a ese inmenso cielo que hoy también llora su pérdida. Miramos desde nuestro universo minúsculo sin obtener consuelo.
Pero hoy he vuelto a trepar por una de las escarpadas montañas de los Alpes y asomado desde su cima encuentro y comparto con los familiares y amigos de los fallecidos algo de consuelo.
He sentido las ilusiones y sueños de cada uno de estos seres humanos, he visto almas muy llenas de vida. 150 almas de inocentes bebés, niños, jóvenes y mayores que perdurarán, para siempre, en el corazón y en el espíritu de sus familiares y amigos, y en el de todos nosotros.
Con el máximo cariño y respeto, en solidaridad con las familias y amigos de los fallecidos en el vuelo 4U9525, de la compañía alemana Germanwings.
Descansen en Paz.