Tomando medidas

En la foto, un médico, supongo que colombiano, porque la noticia viene de Colombia, mira a un enfermo. En circunstancias normales, habría dicho que está pensando cómo curarle. Una vez leído el texto, me parece que está tomándole las medidas para el ataúd.

Yo también quiero morir dignamente. Siempre he pensado que el que intenta vivir dignamente muere dignamente. A veces, sin dolor. A veces, con dolor. Otras, con mucho dolor, porque esto de morirse no es una cosa de jijí jajá. Es morirse. O sea, dejar de vivir. En otras palabras, bajar el telón definitivamente, como en la canción My way, en la que Frank Sinatra (antes Paul Anka, antes Claude François) hace un repaso de su vida y ve que, como todos, ha hecho cosas buenas y cosas menos buenas, ha acertado en muchas ocasiones y no ha acertado en otras muchas.

Pero yo quiero acertar al final. Porque si te pasas la vida luchando por hacer las cosas bien y, al final le digo a uno que me pinche y me mate o a una señora que me cuida que desenchufe los cables y se acabó, no he acertado. 

Tuvimos un perro, Helmut, durante muchos años. Era “una buena persona”, animal de compañía, porque quería que le hiciéramos compañía a él. Nunca estábamos solos. Estaba Helmut. Se hizo mayor. Tuvo muchas enfermedades. Al final, lo llevamos al veterinario y…allí lo dejamos. Luego nos mandaron la factura, la pagamos y adiós, chaval.

Pero yo soy más que Helmut. Porque él era muy majo, ya lo sé. Pero yo soy más. No más majo, sino más.

Y no quiero que se me carguen porque lo haya dejado escrito o porque en el hospital haga falta una cama o porque la Seguridad Social no esté para  gastos.

En el diario “Marca” han publicado hace muy poco una entrevista que me hicieron. Como hablé mucho, han recogido lo que les pareció más importante. Y acertaron. Allí dejé expresadas mis últimas voluntades. Una estampica de la Virgen del Pilar en la mano cuando me esté muriendo. Una esquela con cruz, aunque sin cruz sea más barata porque ocupa menos lugar. En tercer lugar, que ningún nieto, cuando acabe el funeral, salga a leer un montón de páginas diciendo lo bueno que era su abuelo.

Puestos a elegir, de las tres cosas, la primera. A eso le llamo yo muerte digna.

En la foto, un médico, supongo que colombiano, porque la noticia viene de Colombia, mira a un enfermo. En circunstancias normales, habría dicho que está pensando cómo curarle. Una vez leído el texto, me parece que está tomándole las medidas para el ataúd.