Creo que estoy enamorada
No estoy muy segura de lo que siento, pero creo que estoy enamorada. Anoche durante la cena intenté no mirar demasiado a Peter, pero inconscientemente mis ojos no dejaban de buscar los suyos.
No estoy muy segura de lo que siento, pero creo que estoy enamorada. Anoche durante la cena intenté no mirar demasiado a Peter, pero inconscientemente mis ojos no dejaban de buscar los suyos.
No estoy muy segura de lo que siento, pero creo que estoy enamorada. Anoche durante la cena intenté no mirar demasiado a Peter, pero inconscientemente mis ojos no dejaban de buscar los suyos.
El otro día le pedí a mi madre la cinta que adornaba su vestido beige, bueno más que una cinta es un ceñidor de seda lila, que rodeaba la cintura del atuendo. El traje estaba muy desgastado y mi madre había dicho que quizás lo cortaría para hacer trapos, pero curiosamente la seda no se había estropeado.
Aunque últimamente he tenido alguna discusión con mi madre, al pedírselo me ha sonreído y me ha dicho que lo cogiera.
No sé lo que me pasa, pero últimamente me apetece arreglarme, verme guapa, ya tengo quince años y cuando Peter me mira, algo dentro de mí estalla, no sé explicarlo con palabras, paso de una felicidad vibrante a una tristeza profunda.
Esta noche pienso hacerme un peinado especial y me he hecho un lazo con el fajín del traje de mi madre, con el que me veo muy favorecida. Ya casi no recuerdo cómo se siente uno a la luz del sol, mis mejillas están blanquísimas, pero este tono lila me favorece, no se… creo que me sienta bien y seguro que a Peter le gusta.
Cuando todo esto acabe, me imagino saliendo con Peter a la tetería que está pegada a la casa de atrás. Ya tengo quince años, no soy una niña y Peter con dieciséis es todo un caballero.
Siempre tiene detalles conmigo, hace unos días me dio, cuando nadie nos miraba, un papel que para disimular arrugaba entre sus dedos, en él me decía, que tenía ganas de que llegara la hora de dormir y cuando todos se acostasen, nos reuniríamos en la cocina para hablar un rato a solas.
Margot no sabe nada, no quiero que se ría de mí o se lo cuente a los demás, eso nos pondría todo mucho más difícil.
Sí, creo que sé lo que siento, por primera vez en mi vida me he enamorado. ¡Qué sentimiento tan hermoso! Me gustaría gritar, reír y llorar, todo a la vez…
Ana no cumpliría dieciséis años, pocos días después, el 4 de agosto de 1944, sería trasladada al campo de concentración de Bergen Belsen, curiosamente el primer campo de concentración liberado por las fuerzas aliadas.
Tropas británicas y canadienses hicieron su entrada en Bergen Belsen el 15 de abril de 1945, Ana presa del tifus y la desnutrición había muerto un mes antes.