Francia: libertad para espiar
Los socialistas claman al cielo cuando la derecha quiere hacer una ley que recorta libertades. Cuando la hacen ellos, la ley ya no va contra las libertades, es la Biblia. Amén.
Los socialistas claman al cielo cuando la derecha quiere hacer una ley que recorta libertades. Cuando la hacen ellos, la ley ya no va contra las libertades, es la Biblia. Amén.
El presidente del Gobierno francés, Manuel Valls, ha conseguido barra libre, sin autorización judicial previa, para espiar. Fue apoyado por una mayoría aplastante de la Asamblea Nacional: 438 votos contra 86. Lo ha conseguido un gobierno socialista que tiene mayoría absoluta.
¿A quién podrá espiar? Si lo aprueban los órganos constitucionales apelados por los diputados contrarios, el gobierno francés, de acuerdo con su presidente, podrá espiar a todos los sospechosos de: yihadismo, terrorismo en general, los que atentan contra la integridad territorial de Francia (los independentistas de cualquier pelaje), los que propagan romper la unidad de la defensa nacional.
¿Cómo se podrá espiar? Mediante micrófonos, aparatos sofisticados que seguirán a coches, pisos, personas, en lugares públicos y privados, y las operadoras de telecomunicaciones deberán facilitar los metadatos. También se podrán efectuar registros en toda clase de edificios o viviendas, públicos y privados. Los jueces se enterarán después.
¿Quién podrá espiar? Los servicios de inteligencia, de seguridad y espionaje de la República.
La Ley, muchísimo más dura que la llamada Ley Mordaza española, ha sido ya tachada de “ley liberticida”. Se acabó la libertad: es lo que querían los enemigos de la libertad. Se nota que Manuel Valls ha sido ministro del Interior francés.
Un problema. Los servicios de seguridad y espionaje nunca tienen suficientes datos. Se gastan millones y millones. Al principio todo es por la causa de la seguridad de los ciudadanos, pero no tardan en espiar las vidas privadas de estos, con dossiers que sirven para pasto de los medios y campañas políticas o mediáticas.
El presidente François Hollande, más preocupado de las encuestas que de gobernar, ha recurrido la ley de espiar sin permiso del juez ante la polvareda que ha levantado. Los socialistas claman al cielo cuando la derecha quiere hacer una ley que recorta libertades. Cuando la hacen ellos, la ley ya no va contra las libertades, es la Biblia. Amén.