Puedes lo que haces, no al revés
Recuerda, si en algún momento piensas que tu vida no tiene sentido, que muchas personas estarían dispuestas a dar la suya por ti.
Recuerda, si en algún momento piensas que tu vida no tiene sentido, que muchas personas estarían dispuestas a dar la suya por ti.
No hace falta que me creas. Pero hablemos claro, cristalino, sin excusas. Se acabó culpar a la piedra de nuestros tropiezos. Se acabó aferrarse a etiquetas o autojuicios. Es que soy tímido, es que me da vergüenza, es que no sirvo. Te van fenomenal para no pasar a la acción. Equivócate, por favor, pero haz algo. Porque ningún error es un fracaso cuando has aprendido. Y llevamos toda la vida aprendiendo. Algunas veces queriendo y otras sin querer.
Pero deja de quejarte, por favor. Deja de lamentarte, de odiar, de culpar, de criticar. Deja ya ese personaje aburrido, apático, de estar de vuelta. Acabarás por no tragarte ni a ti mismo, y no se trata de eso. Yo también he estado ahí, te lo aseguro, y no podrás salir sólo. Eres listo/a, pero no sabes. Y no pasa nada. Para eso estamos aquí, para despertar. Nadie te pide que seas perfecto. No te lo pidas tú. Acepta, conoce tu debilidad, porque sólo entonces podrás trabajar para mejorar. Será en ese momento cuando empezarás a estar tan ocupado tratando de ser mejor persona que el día anterior que ya no te quedará apenas tiempo para meterte con los demás.
No me digas que no puedes. Otra vez no, por favor. Dime que no quieres, que no sabes, que no te apetece. Que te resulta mucho más cómodo vivir en la incomodidad permanente de que tu bienestar dependa de los demás y nunca acabe de llegar. Pero no me digas que no puedes, que no tienes recursos. Recuerda, si en algún momento piensas que tu vida no tiene sentido, que muchas personas estarían dispuestas a dar la suya por ti.