Histórica ceguera

Vivimos bajo la ceguera del miedo a lo desconocido. Por eso la ignorancia ha sido a lo largo de la historia la gran causante de grandes y pequeños derramamientos de sangre, en formato de guerras o de hogueras para quemar brujas.

Vivimos bajo la ceguera del miedo a lo desconocido. Por eso la ignorancia ha sido a lo largo de la historia la gran causante de grandes y pequeños derramamientos de sangre, en formato de guerras o de hogueras para quemar brujas. Y no digamos el “magnífico” trabajo realizado por la santa inquisición en nombre de Dios, haciendo pasar por mortíferas torturas a grandes pensadores o científicos, por el único hecho de aportar otra visión nueva respecto a cómo está construido este mundo. Hemos retrasado el avance en la historia del conocimiento innumerables veces gracias a la venda que la religión y las tradiciones opresivas han ejercido en la cultura, por eso, ante el gusto que la ceguera nos producía para no calentarnos la cabeza con propuestas insólitas, hemos tardado tanto en aceptar que la tierra es redonda, o que el ser humano no era resultado del intercambio de fluidos entre Adán y Eva, si no resultado de la evolución de las especies.

Supongo que es por eso, por las “cegueras” modernas que lastramos de las antiguas, que seguimos haciendo sangre ante lo desconocido.

Ese parece ser el motivo por el que la comunidad homosexual ha sido perseguida y lo sigue siendo por parte de las leyes que gobiernan los países. Y lo ha sido históricamente con el mismo trato que a las brujas en el medievo.

Por eso la prohibición a este grupo al hecho de donar sangre me retrotrae a los tiempos de la inquisición de nuevo, porque no es la inteligencia lo que trabaja, si no los prejuicios. No existen orientaciones con riesgo, lo que hay son prácticas de riesgo, pero tener una orientación u otra no conlleva ningún tipo de peligrosidad en sí misma, y si no somos capaces de reconocer esto, seguimos yendo en dirección equivocada.

Pero es que ir en dirección equivocada parece ser que es la recurrencia de la historia y el gusto por caminar ciegos, la religión que domina a toda la humanidad y une a todos las deidades que en el mundo han sido en una sola común que nos lleva derechos y en caída libre hacia el abismo. Pues Amén, señores.