Refundación / Refundición

Lo que ha muerto no es un discurso, sino un determinado tipo de estructuras. La apertura a la participación ya no es opcional. Cuatro slóganes y media docena de paellas en los parques ya no valen para nada en la era de la Información Desnuda.

            Parece que el PP va ser refundado después de haber sido refutado: el problema puede ser que los autores de la refutación (los hastiados votantes) no sean los autores de la refundación, sino que el tradicional sector lupino / carpetovetónico liquide el asunto con una apañada refundición al viejo estilo Mordor. Al fin y al cabo uno no se desprende tan facilmente del Anillo de Poder.

            Convendría que alguien en algún sitio entendiera algunas cosas sobre el futuro de la derecha:

• El votante de derecha quiere votar derecha. Esta verdad, tan impúdicamente sencilla, ha sido dejada de lado en favor de cábalas estadísticas, prospecciones neo arrolianas, sondeos, Viajes al Centro de la Masa Electoral, sorayismos primaverales y demás nigromancias bajas en calorías. Se optó por entretener al votante tradicional con chucherías y bisutería barata, mientras se le sometía a severa sodomía fiscal: sembrar ese tipo de semillas produce el tipo de cosechas obtenidas el pasado día 24.
• Lo que ha muerto no es un discurso, sino un determinado tipo de estructuras. La apertura a la participación ya no es opcional en la época en que la interacción social se ha acelarado, descentralizado, viralizado. Cuatro slóganes y media docena de paellas en los parques ya no valen para nada en la era de la Información Desnuda. El relato que la derecha proponga ha de estar preparado para esos nuevos umbrales de transparencia. Puede conseguirlo. Debe conseguirlo.
• La sociedad se encamina a un Cesarismo Orwelliano Global en nombre de boberías socialdemócratas: el nuevo totalitarismo vendrá disfrazado de justicia social, igualdad y fraternidad; nos enfrentaremos a la tecno-intromisión estatal, la robotización de la convivencia, la idiotización / bovinización de masas. Esta es la próxima Gran Batalla y alguien tendrá que defender los últimos reductos de las libertades civiles. Si el Partido Popular (o lo que quede de él) no lo hace, alguien lo hará. Y se habrá pasado una página.