¿Y si Felipe fuera Chávez?

Hoy Felipe anda por las calles de Venezuela, así como cuando en años anteriores hasta el Presidente Chávez lo llegó a recibir en Miraflores. Creo un error por parte de algunos sectores políticos extremistas afirmar que se debe impedirse la presencia de Felipe en Caracas, porque el problema no es que esté en el país como cualquier ciudadano del mundo que puede transitar por tierras de libertadores, el asunto es el motivo de su presencia.

Imaginemos por un momento que en lugar de ser Felipe González el que va a intervenir en Venezuela en favor de Leopoldo López (preso por haber convocado a «la salida», acción política de movilización y protestas violentas que llevó a más de 40 familias a tener que enterrar muertes sin sentido), es Hugo Chávez, vivo y con toda su energía quien siendo ya expresidente de Venezuela, se va a España a defender a Juan Carlos Monedero, preso por cualquier causa que usted quiera imaginar.

¿Qué pensaría el gobierno de Rajoy?, ¿Hubiesen dejado entrar a Chávez en España?, supongamos además que Pablo Iglesias estuviese detenido en su casa por causas similares a las de Monedero, ¿Hubiese llegado Chávez a visitarlo?, ¿Cómo hubiese reaccionado el Partido Popular o el PSOE?, ¿Hubiese salido gente a las calles a protestar la presencia de Chávez apoyado por el gobierno «Popular»?

Hoy Felipe anda por las calles de Venezuela, así como cuando en años anteriores hasta el Presidente Chávez lo llegó a recibir en Miraflores. Creo un error por parte de algunos sectores políticos extremistas afirmar que se debe impedirse la presencia de Felipe en Caracas, porque el problema no es que esté en el país como cualquier ciudadano del mundo que puede transitar por tierras de libertadores, el asunto es el motivo de su presencia.

Felipe se suma a un concierto de actores políticos que creen que el pueblo venezolano es inútil, y que no puede resolver sus problemas internos entre ellos. González es parte de aquellos que quieren clavar sus colmillos en la yugular petrolera de la reserva más grande del mundo, y ahí no lo podemos acompañar. La lucha por la soberanía es de todo el pueblo, no sólo de una parte.

Hoy, más allá de un ejercicio absurdo de intolerancia, el pueblo venezolano tiene derecho a reclamar el motivo de la presencia de Felipe, así como también tiene derecho de protestar por la escasez, la precarización del salario, etc.

Si Felipe González considera que los abogados y políticos opositores son incapaces de defender la causa de Leopoldo López, lo lamentamos por ellos, pero Venezuela no es la oposición o el gobierno solos. Por ello es justo que se reclame respeto.