Putin y Obama como Kruschev y Kennedy
Estamos muy cerca de lo que ocurrió con la guerra de los misiles de 1962, donde afortunadamente se impuso la diplomacia y la negociación sobre la confrontación. John F Kennedy y Nikita Kruschev le dieron una nueva oportunidad al planeta.
Estamos muy cerca de lo que ocurrió con la guerra de los misiles de 1962, donde afortunadamente se impuso la diplomacia y la negociación sobre la confrontación. John F Kennedy y Nikita Kruschev le dieron una nueva oportunidad al planeta.
Hoy el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania se ha convertido en un conflicto regional por la incidencia en Europa, y mundial por la nueva bipolaridad que se ha abierto entre Rusia y Estados Unidos. Como en la novela de Mario Vargas Llosa, con la cual ganó el premio Cervantes en 1994, con su particular relato en la historia del Brasil a finales del siglo XIX, hoy podríamos estar a las puerta de “la guerra del fin del mundo” con el ingrediente nuclear de las armas atómicas, cuyos arsenales están fundamentalmente en Rusia, Europa, Estados Unidos y China.
Moscú no puede tratar de reeditar lo que fue la Unión Soviética ni continuar con el espíritu imperial de la época de los zares. El presidente Putin debe entender que en el siglo XXI hay un equilibrio geopolítico con la aceptación del derecho internacional y de la necesaria convivencia, pero que es frágil y puede romperse con cualquier incidente.
Tanto en la primera como en la segunda guerra mundial lo coyuntural se convirtió en el explosivo con la implicación de múltiples actores, pero en ambos eventos, desastrosos para la humanidad y para el planeta, solo se recurrió a las armas convencionales.
Occidente igualmente debe comprender, que más allá de las sanciones o del aislamiento de Rusia, es esencial el dialogo y la negociación de manera directa. Estamos muy cerca de lo que ocurrió con la guerra de los misiles de 1962, donde afortunadamente se impuso la diplomacia y la negociación sobre la confrontación. John F Kennedy y Nikita Kruschev le dieron una nueva oportunidad al planeta.
Más allá de los 5 miembros del Consejo de Seguridad, otros 5 al margen de la ley internacional tienen bombas atómicas, y estos 10 países tanto en el problema de Ucrania como en el de Siria o Yemen, tienen posiciones encontradas.
En la reciente reunión del G-7 se consolidó el frente anti ruso, tal vez este no es el mejor camino. Todos los miembros de la ONU están obligados por el artículo 33 de la Carta a la solución pacifica de las controversias. Es hora de la racionalidad.