A propósito de Chechenia
Tenía razón Samuel Huntington cuando al referirse al desmoronamiento del comunismo y al fin de la Unión Soviética, negaba la tesis de Francis Fukuyama de que con el fin de la bipolaridad se acababa la historia. Por el contrario, se inició «El Choque de las Civilizaciones» con múltiples conflictos y guerras, donde el factor cultural y religioso es fundamental.
Tenía razón Samuel Huntington cuando al referirse al desmoronamiento del comunismo y al fin de la Unión Soviética, negaba la tesis de Francis Fukuyama de que con el fin de la bipolaridad se acababa la historia. Por el contrario, se inició «El Choque de las Civilizaciones» con múltiples conflictos y guerras, donde el factor cultural y religioso es fundamental.
El joven terrorista Dzhokhar Tsarnaev, condenado a muerte por el atentado de 2013 en Boston, pertenece a la etnia chechena, la cual tiene su propio idioma, practica la religión musulmana y que en 1920 se convirtió en una provincia dentro de la URSS.
Desde los 90, los intentos independentistas de los chechenos han suscitado violentos enfrentamientos con el gobierno ruso, incluyendo diversos atentados terroristas por parte de los primeros.
Aunque en la actualidad persiste la dificultad de definir el terrorismo, se acepta que es el empleo sistemático de la violencia, con fines políticos, con la variable mediática y que no distingue civiles de militares. Más que una ideología o una doctrina es un método, con actores, motivaciones y fines.
A diferencia de la guerra tradicional entre ejércitos, el terrorismo no necesita un gran armamento sofisticado. En el caso de los hermanos Tsarnaev, estos utilizaron armas de fabricación artesanal.
En el fanatismo religioso ha sido el Islam el que ha facilitado la variable terrorista en los últimos tiempos.
Hoy el terrorismo es considerado uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis porque se encuentra vinculado al narcotráfico, a la delincuencia organizada y a la corrupción política. Como lo ha dicho el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no hay circunstancias atenuantes o legitimación del mismo. No hay excusas que justifiquen lo injustificable.
Todo acto terrorista debe ser rechazado porque además del daño material y el costo de en vidas, utiliza el elemento psicológico para que sus consecuencias perduren y sigan afectando a los supervivientes durante años.
Tenía razón Samuel Huntington cuando al referirse al desmoronamiento del comunismo y al fin de la Unión Soviética, negaba la tesis de Francis Fukuyama de que con el fin de la bipolaridad se acababa la historia. Por el contrario, se inició «El Choque de las Civilizaciones» con múltiples conflictos y guerras, donde el factor cultural y religioso es fundamental.
El terrorismo de las minorías no puede enfrentarse con el terrorismo de Estado como algunas veces ha hecho Moscú, sino con justicia y leyes como en Estados Unidos.