Los bebés atrapados...
Mientras se sacude el sistema de adopciones en Sonora, los tres bebes rescatados son los que mas sufren atrapados entre lo que creeríamos son padres que los aman y las autoridades.
Mientras se sacude el sistema de adopciones en Sonora, los tres bebes rescatados son los que mas sufren atrapados entre lo que creeríamos son padres que los aman y las autoridades.
Algunos podrían tener hasta 20 años.
Al menos eso es lo que dicen los investigadores de la red de tráfico de bebés de la ciudad mexicana fronteriza de Sonora.
Tras ser sustraídos de madres vulnerables, en condiciones de pobreza o adicción, los recién nacidos eran vendidos por sumas que oscilaban entre los $5,000 y $9,000.
Las autoridades han detenido a 16 personas, que incluyen a por lo menos un médico y un funcionario que laboraba en una organización de protección infantil en la zona.
Muy pocos han acudido a las autoridades a preguntar por sus pequeños. Se sabe de una que otra abuela. O el caso de un niño que fue internado por un problema cardiaco y desapareció.
Hasta el momento solo tres de los bebés han sido identificados y recuperados. Ninguno ha sido reclamado.
Pero quién está pensando en esos pequeños, la mayoría viviendo por varios años como hijos de familias de clase media alta o alta de México. Inclusive los documentos y constancia de nacimiento fueron alterados para que los padres adoptivos aparecieran como los biológicos.
En todas las naciones y comunidades del mundo hay padres, más que todo madres solas, a quienes no les queda otra alternativa que entregar a sus pequeños en adopción. Y por otro lado hay parejas deseosas y desesperadas por convertirse en padres adoptivos.
Son mínimos los casos en que niños adoptados han sido víctimas de abusos o maltrato.
Pero en muchos casos el sistema burocrático y sobretodo los altísimos precios de abogados y tramites, hacen cada vez más difícil el poder adoptar niños.
A los recién nacidos y pequeños todos los quieren adoptar, pero cuando se van haciendo grandes ya no son “tan apetecidos”.
Ni un extremo, ni el otro. Las adopciones deben cumplir con la estricta investigación de ambos lados. Ello debe incluir un seguimiento del hogar de destino de los niños.
Recuerdo un caso totalmente injusto de una buena y caritativa señora que recibía en su casa a niños que los padres entregaban, hasta con enfermedades crónicas y encontraba parejas que los adoptaran. Ella lo hacía no por dinero, sino por los niños. Erróneamente la detuvieron y luego comprobaron que no se trataba de ninguna red o tráfico.
El caso de Sonora es el otro extremo. El de los que se aprovechan de las madres adictas o sin recursos, de las parejas con la gran añoranza de convertirse en padres….y de esa situación se han enriquecido. Un crimen.
¿Cuántos más así en otros sitios?
Mientras se sacude el sistema de adopciones en Sonora, los tres bebes rescatados son los que mas sufren… atrapados entre lo que creeríamos son padres que los aman y las autoridades.