Aylan no se merecía un debate
Mira la foto. Sí, hay que verla. Vuélvela a mirar y actuemos. Es posible que esta muerte reactive la solidaridad pero qué pena haber llegado a esto. Aylan no se merecía ningún debate.
Mira la foto. Sí, hay que verla. Vuélvela a mirar y actuemos. Es posible que esta muerte reactive la solidaridad pero qué pena haber llegado a esto. Aylan no se merecía ningún debate.
Porque ya está muerto. El debate se lo merecería si todavía tú y yo discutiéramos en qué casa iba a dormir esta noche o si lo íbamos a dejar tirado en la calle. Bueno, tirado está en la playa y esta vez no será capaz de levantarse.
Me despierto a las 07:30. Enciendo la tele y veo la imagen de Aylan Kurdi. Así se llama. Digo “qué pena, hay que solucionar esta crisis”. Me tomo mi café y mis tostadas. Me ducho. “No podemos seguir así”. Trabajo. Como. Voy al gimnasio. Me tomo “un algo” con los amigos. No hablamos de Aylan. Es una noticia. Sí de amor, dinero, problemas cotidianos, cuestiones laborales, risas… Vuelvo a casa, ceno, veo algo, leo otro poco. Me acuesto. Esa es nuestra realidad. Ese es nuestro debate.
Aylan Kurdi, tres años. Viajaba con su madre. Muerta. Su hermano. Muerto. Y Abdulah, su padre, el único que sobrevivió al mar. Debieron salir un día cualquiera a las 7 de la mañana desde la frontera con Turquía. Cruzar fue una odisea. Eligieron la ruta que va por Grecia y los Balcanes. La más numerosa pero la más segura. Los que utilizan la del Mediterráneo hacia Libia a veces no llegan ni a las barcas. El día de hoy está dedicado a huir. Esa es su realidad. Ese es su debate.
Con la foto de Aylan hemos recibido un puñetazo emocional. Nosotros, la opinión pública, nos enzarzamos en debates estériles entre café y café. Matamos al mensajero asegurando que es una aberración publicar una foto en primer plano del muchacho pero no nos planteamos quién ha matado realmente a Aylan. Dicen muchos que no nos vamos a concienciar viendo fotos así. Que no hace falta contarle a la gente la realidad de una forma tan cruel. Discrepo. Es la vida.
¿Es amarillismo o realidad? Amarillismo es seguir con tu vida sin mostrar un ápice de reflexión ético-moral. Una de las mayores crisis migratorias de la era moderna está llamando al timbre de tu casa.
¿Qué hay que debatir? No hay debate. Mira la foto. Sí, hay que verla. Vuélvela a mirar y actuemos. Es posible que esta muerte reactive la solidaridad pero qué pena haber llegado a esto. Aylan no se merecía ningún debate.