No sin mi tierra

España entera tendrá que acoger a todos esos catalanes de bien, que por no ser nacionalistas van a tener que marcharse de allí. El aire que se respira es insufrible. Las familias rotas por la política. La política es el negocio de unos pocos y ya no existe vuelta atrás a corto plazo. Putin y los países bolivarianos y algún desalmado que otro esperando los resultados del 27-S para darles su apoyo.

La llegada a Europa de los refugiados sirios, tras la reacción alemana y austríaca, ha hecho que la macro burocracia de Bruselas se haya puesto en marcha para buscar una solución a este problema. El Sr. Artur Más ha conseguido que Cameron y Merkel, den un poco de sentido adicional a las palabras del Presidente del Gobierno. Mientras tanto, como quien no quiere la cosa, el Sr. Artur Más, nos escribe a los españoles una carta, muy mal escrita, por cierto, en la que ya no sabe cómo contarnos más mentiras a los españoles. Esas mentiras que sólo él se cree con su capacidad de mentir y tergiversar la realidad.

En Cataluña, al igual que en Siria, la ley no se cumple (sólo las multas de tráfico), las sentencias no se cumplen, la historia se tergiversa (ahora resulta que D. Miguel de Cervantes escribió El Quijote en catalán) y que el resto de España roba al pueblo catalán. Como catalán siento rabia, como español vergüenza. El nacionalismo catalán va a provocar el 27 de Setiembre que se produzca un éxodo de la gente que no defiende sus ideas. Ellos imponen la lengua, lo imponen todo, nadie puede pensar de manera diferente a ellos. Eso sí, el nacionalismo tiene tres tipos de personas: los que inventan el cuento, los que se creen el cuento y los del 3% que viven del cuento. Todos ellos se pegan grandes golpes en el pecho defendiendo sus ideales, pero ahí tienes a la familia Pujol que vive o en Mexico, o en Madrid o en Estados Unidos. A los grandes empresarios nacionalista con cuentas en Andorra, Suiza, Luxemburgo etc. Lo cierto y verdad es que Cataluña es la región de España y casi de Europa con mayor fraude fiscal, según dijo el amigo Josep Borrel. Pero eso no lo explica Artur Más en su carta.

España entera tendrá que acoger a todos esos catalanes de bien, que por no ser nacionalistas van a tener que marcharse de allí. El aire que se respira es insufrible. Las familias rotas por la política. La política es el negocio de unos pocos y ya no existe vuelta atrás a corto plazo. Putin y los países bolivarianos y algún desalmado que otro esperando los resultados del 27-S para darles su apoyo.

Nunca es tarde si la dicha es buena, pero se ve el precipicio y muy poca responsabilidad. Como catalán y como español, no sin mi tierra.