Impuestos para negocios de sangre

Los dirigentes iraníes tienen sus manos llenas de sangre de sus propios ciudadanos, pero también de los de muchos otros países.

Al calor de la irresponsable política de acercamiento a Irán por parte de Obama, el Gobierno de Rajoy se ha lanzado a ayudar a las grandes empresas españolas a lograr negocios con el régimen de los ayatolás. Tres ministros, con Margallo como jefe de la Diplomacia a la cabeza, han acudido a tierras persas para facilitar negocios a los gigantes del mundo empresarial español. Lo han hecho acompañados de lo más granado del Ibex-35, prácticamente todo compañías de sectores muy regulados que siempre buscan la complicidad del poder político.

La economía iraní dista mucho de poder ser considerada libre. Casi toda ella está controlada por el Estado. Es así hasta el punto de que el Ejército es uno de los grandes «empresarios» del país, con inmensas inversiones en sectores supuestamente privados. Por tanto, el socio que el Gobierno quiere ganar para unas pocas compañías españolas es una organización criminal, el régimen de los ayatolás, con decenas de miles de muertos en su haber.

Los dirigentes iraníes tienen sus manos llenas de sangre de sus propios ciudadanos, pero también de los de muchos otros países. Su régimen está detrás del atentado de la AMIA en Buenos Aires, con sus 85 asesinados, y que financia grupos terroristas como Hamas o Hezbolá. El informe emitido hace un mes por el Servicio de Análisis del Congreso de Estados Unidos deja todo esto negro sobre blanco. No queda lugar a duda de la financiación a esas organizaciones y a otras que actúan en Irak, Yemen y Siria (en apoyo del dictador Al-Assad).

Pero nada de eso importa. Los impuestos de los españoles se utilizan para convertir a Margallo, Pastor y Soria en ministros lobbistas que busquen jugosos contratos a un grupo de empresas. Pretenden hacernos creer que el interés particular de unos pocos es el interés nacional. El dinero de los ciudadanos se utiliza para favorecer unos negocios manchados con sangre. Una sangre que cualquier día puede ser la de españoles asesinados por islamistas.