Fins sempre, Catalunya meva
Ay, mi Cataluña ¿qué te están haciendo? Siempre he amado esa tierra, de hecho, estudio su idioma porque me encanta y me parece el más elegante de todos. Pero están acabando con ella única y exclusivamente por cuestiones de ego de sus dirigentes y la creencia de estar por encima del bien y del mal.
Ay, mi Cataluña ¿qué te están haciendo? Siempre he amado esa tierra, de hecho, estudio su idioma porque me encanta y me parece el más elegante de todos. Pero están acabando con ella única y exclusivamente por cuestiones de ego de sus dirigentes y la creencia de estar por encima del bien y del mal.
Ay, mi Cataluña… ¿qué te están haciendo? Siempre he amado esa tierra, de hecho, estudio su idioma porque me encanta y me parece el más elegante de todos. Pero están acabando con ella única y exclusivamente por cuestiones de ego de sus dirigentes y la creencia de estar por encima del bien y del mal. Y alguno más que poco sabe de historia, con todos mis respetos. Con esto no digo que en el resto de España no manipulen a su antojo, pero ahí está la clave: en no quedarse con lo que te dan e ir más allá, buscar todos los puntos de vista, no conformarte. Si lo haces, serás un títere en manos de otros.
Siempre he defendido el derecho a decidir. La potestad del pueblo a elegir su propio destino. Es por esto que yo, sin ser catalana -soy de Salamanca, ciudad que siempre fue afín al régimen franquista-, defendía el referéndum. Ahora bien, hay una Constitución, hay unas leyes… No vivimos en anarquía -por suerte-. Y las cosas si hay que hacerlas, se deben hacer bien, aunque lleve más tiempo. No es lo mismo libertad que libertinaje. Y es precisamente lo segundo lo que quiere imponer el señor Mas y sus secuaces.
Yo amaba Catalunya y cada día detesto más escuchar noticias sobre dicho territorio o sobre sus problemas. No porque me manipulen, me considero lo suficientemente inteligente como para ver más allá de lo que me ‘regalan’ a priori, sino porque como bien dice mi padre: “lo poco gusta y lo mucho aburre”. He llegado al punto que nunca creí que llegaría, y no es otro que decir: “si se quieren ir, que se vayan”.
Yo, que detesto las naciones. Yo, que detesto las fronteras. Yo, que detesto los nacionalismos. Yo, que detesto a los patriotas. Yo, que detesto las banderitas, los escudos y demás tonterías que nos separan del resto. Yo, que no me considero española, sino salmantina y ciudadana del mundo… Yo, he llegado al punto de estar hastiada del ‘tema Cataluña’. Hasta aquí. Me retiro. Me he cansado. Que sea lo que tenga que ser, pero que conmigo que no cuenten para defender ni a unos ni a otros.
Y, amigos catalanes, no crean que Mas o Junqueras o Romeva -o quien sea el que vaya a gobernar, porque no lo saben ni ellos-, son diferentes a Rajoy… Qué va. Son mismo perro con distinto collar…