Rajoy y el gran chaparrón
El otoño ha llegado con ganas de hacerse notar. Es tiempo de nubarrones y ciclogénesis varias, y no sólo en lo meteorológico, también en lo electoral. El chaparrón de encuestas ha pillado a más de uno sin paraguas aunque sin duda es Rajoy el más empapado por los últimos sondeos.
El otoño ha llegado con ganas de hacerse notar. Es tiempo de nubarrones y ciclogénesis varias, y no sólo en lo meteorológico, también en lo electoral.
El chaparrón de encuestas ha pillado a más de uno sin paraguas aunque sin duda es Rajoy el más empapado por los últimos sondeos.
El otoño ha llegado con ganas de hacerse notar. Es tiempo de nubarrones y ciclogénesis varias, y no sólo en lo meteorológico, también en lo electoral.
El chaparrón de encuestas ha pillado a más de uno sin paraguas aunque sin duda es Rajoy el más empapado por los últimos sondeos.
Se miren por donde se miren, el diagnóstico es similar. Ciudadanos crece y lo hace por el centro y todo el mundo sabe ( y el propio Aznar lo dijo en su día) , que las elecciones se ganan ahí. Así las cosas , el suflé de Rivera sigue subiendo aunque en política dos meses son una eternidad y todo puede pasar.
De eso sabe mucho Pablo Iglesias , que en apenas unos meses ha pasado de ver como su formación superaba a los dos grandes partidos, a volver a la casilla de salida. Bien es cierto que esas encuestas estaban salpicadas de levadura. Ese ingrediente de las cocinas demoscópicas que eleva las expectativas para luego desinflarse en picado.
Albert Rivera puede tomar buena nota de ese posible efecto. El líder de Ciudadanos parte no obstante con ventaja respecto a Podemos. Su formación ha sabido cabalgar la ola de las elecciones andaluzas y seguir subiendo arrastrada por el empuje de las catalanas. Todo lo contrario de Pablo Iglesias. Sufrió la primera decepción en Andalucía y la segunda en las elecciones catalanas.
Mientras tanto Pedro Sánchez está consiguiendo mantener el equilibrio. No se desinfla aunque tampoco acaba de despegar, pero su disposición al diálogo y la buena sintonía con Rivera podrían acabar por encauzar el noviazgo.
Con estos mimbres, el único que de momento baila solo es el PP. Y aunque Soraya se haya dado al “dancing” televisivo es posible que la música deje de sonar y Mariano Rajoy se quede sólo bailando en la pista.
Las europeas fueron un primer aviso, las andaluzas un bofetón de realidad, las municipales un desastre sin paliativos y de Cataluña mejor no hablar. La carrera a las generales se presenta llena de charcos pero Rajoy se muestra dispuesto a avanzar sin katiuskas hasta el 20 de Diciembre.
Muchos creen que es tarde para un milagro en el PP , y que el primer error es el candidato . Su valoración como líder sigue en caída libre y el lavado de cara en la cúpula parece no haber sido suficiente.
Los carteles electorales para el 20 de Diciembre rebosarán juventud e ilusión, y ahí el Partido Popular tiene poco que hacer.
Eso sí. Rajoy es un superviviente nato y lo ha demostrado a lo largo de su carrera. Si consigue salvar los muebles, tal vez la historia y su partido le acaben exculpando. Al tiempo.