El Caribe chino
A primera vista, lo que ocurra en esta zona del planeta nos trae sin cuidado, al fin y al cabo, los españoles están preocupados por el paro, la corrupción ilegal de los políticos y el desafío separatista (que no golpista) de los que manejan el cotarro en la comunidad autónoma de Cataluña
A primera vista, lo que ocurra en esta zona del planeta nos trae sin cuidado, al fin y al cabo, los españoles están preocupados por el paro, la corrupción ilegal de los políticos y el desafío separatista (que no golpista) de los que manejan el cotarro en la comunidad autónoma de Cataluña
Mientras los medios de comunicación españoles centran toda su atención en los problemas domésticos, deseducando en gran medida a la ciudadanía en cuestiones relativas a las verdaderas cuestiones importantes para la Nación, en el Mar del Sur de China se viene jugando una partida de ajedrez de las que hacen época entre China, EEUU y los países ribereños de esta “lengua de mar” salpicada por una miríada de islotes y arrecifes cuyo control se disputan todos.
A primera vista, lo que ocurra en esta zona del planeta nos trae sin cuidado, al fin y al cabo, los españoles están preocupados por el paro, la corrupción ilegal de los políticos y el desafío separatista (que no golpista) de los que manejan el cotarro en la comunidad autónoma de Cataluña. Y sin embargo, muchos de los problemas sobre todo económicos y laborales que padece España se derivan de tendencias que ocurren precisamente en esta parte del planeta.
El escritor estadounidense Robert D.Kaplan arguye en su último libro, “Asia’s Cauldron. The South China Sea and the End of a Stable Pacific”, que el Mar del Sur de China puede ser al gigante comunista lo que el Caribe supuso y supone para los EEUU. Asegurándose el control del Caribe, EEUU desplazó a su favor el equilibrio de poder en el Atlántico. Igualmente, si China controlase este mar, y de paso, el estrecho de Malacca, tendría acceso al Océano Índico y desplazaría el equilibrio de poder en el Pacífico Occidental a su favor.
Para el resto del mundo, esto significaría que China podría conseguir un mayor volumen con el que acelerar su fuerza gravitatoria, haciendo girar a más países y zonas del mundo en derredor suyo y por tanto resquebrajando las líneas de comunicación y distribución del imperio estadounidense, del que España es, objetivamente, una parte suya, tanto desde el punto de vista militar (OTAN), como económico (capitalismo mercantil) e ideológico (democracia homologada y Derechos Humanos). Ya no parece tan lejano este problema…